He de aclarar que no soy una deportista consumada ni de larga trayectoria, pero estoy haciendo esto
Aclaro que "jogging" (trotar) no es lo mismo que "running" (correr), ya que es un ejercicio más lento y con trancadas más cortas, por lo tanto, menos exigente.
El caso es que salí del descanso forzoso y a duras penas pude hacer la mitad de lo que ya hacía sin ningún problema. Y aquí vino mi interrogante: ¿cuán difícil es va a ser, a mi edad, recuperarme en la práctica del ejercicio que realizaba?
Afortunadamente en http://www.foroatletismo.com ha publicado un artículo "¿En cuánto tiempo se pierde la forma física?" en el que se detalla el efecto de dejar de entrenar, según el plazo, y se indica que por 5 semanas de para hay un 70% de pérdida de forma física. Si a eso le sumamos el tema de la edad… (a partir de los 50 años la disminución en la masa muscular es mucho más pronunciada y se acompaña de un aumento de la grasa intramuscular), bueno, el desastre queda claro ¿no?
Cuando le conté esto a una amiga me contestó que por eso no hacía ejercicio, porque si lo dejaba, luego era más trabajo volver a retomarlo… y es gracioso ese razonamiento. Es como no querer tomar el remedio que nos curaría de la enfermedad, porque si me olvido de una dosis o no lo tomo correctamente, no me sanará y me pondré peor… Es cierto, pero por eso... ¡hay que hacerlo correctamente! De nada nos sirve no dejarlo de hacer. ¡Eso no tiene sentido!
Si hay una lesión o por algún motivo se detuvo la práctica deportiva, hay que tomárselo con calma y retomar lentamente, de forma que podamos volver al rendimiento anterior poco a poco. Es el momento de que la paciencia controle a la ansiedad. Normalmente un alejamiento de más de 10 días demandará al menos una semana de readaptación, seguida de una semana de entrenamiento moderado antes de volver a la práctica habitual. Si la para fue de más de 20 días, habrá que recomenzar con un plan lento, comprendiendo que el cuerpo después de los 50 requiere más cariño y paciencia que rigor. Total, salvo que estés entrenando para las Olimpiadas, no hay apuro ¿cierto?
Actualmente estoy siguiendo ese plan, caliento con cuidado, hago disciplinadamente mis estiramientos previos, y aunque no hago todavía la distancia que hacía antes de la para, estoy aumentando poco a poco. Ya me siento mejor al trotar, más cómoda y menos esforzada, y estoy volviendo a sentir uno de los grandes beneficios del ejercicio: ¡disfrutar practicándolo!