Desde hace tiempo se sabe que la perspectiva de vida de un individuo está vinculada a la longitud de unas estructuras llamadas telómeros, que se ubican en las terminaciones de los cromosomas que alberga el ADN y ofrecen protección a las células, que se están continuamente dividiendo a lo largo de la vida de una persona.
De este modo, cada vez que una célula se divide los telómeros se hacen más cortos, de ahí que los telómeros más largos estén relacionados con un envejecimiento más lento y con una vida más larga.Sin embargo, los científicos descubrieron que en el esperma los telómeros se alargan con la edad. Así, dado que un hombre transfiere el ADN a sus hijos por medio del esperma, estos telómeros largos pueden heredarse a sus descendientes.
Para corroborar este hallazgo, el profesor Dan Eisenberg y su equipo analizaron la herencia de telómeros en un grupo de 1.779 jóvenes de Filipinas, y observaron que eran más largos en individuos cuyos padres eran más mayores en el momento de su nacimiento.
El incremento en la longitud de los telómeros que se veía con cada año que un hombre retrasaba la paternidad era equivalente al acortamiento que se ve en los telómeros de los adultos de mediana edad, afirman los científicos.
Y la longitud de los telómeros era incluso mayor si el abuelo del niño también había postergado la paternidad, han reconocido en declaraciones a la BBC, recogidas por Europa Press.
De hecho, los investigadores creen que, más allá de los riesgos que conlleva tener hijos a una edad más avanzada, esto puede tener beneficios para la salud a largo plazo.
En concreto, según han apuntado, heredar telómeros más largos podría ser particularmente beneficioso para los tejidos y las funciones biológicas que están relacionadas con un rápido crecimiento celular, como los del sistema inmune, digestivo y piel.Fuente