No sé muy bien cuántos he hecho, calculo que, contando apuntes rápidos, serán unos 20.
Me pintaba como ejercicio, ya que me tenía a mano, y hace casi dos años que junté unos cuantos y los expuse en la escuela de arte Verde Manganeso. No he hecho ninguna otra exposición desde entonces.
Poco a poco me he ido perdiendo el respeto, en el buen sentido, y espero continuar perdiéndolo, abandonándolo más bien.
Retratos de otras personas he hecho menos. La mayoría han sido por encargo y a partir de una fotografía. Algunas veces de desconocidos.
En alguna ocasión he tenido la suerte de que el retratado quisiera posar, y se ha establecido una vía de comunicación más viva entre los dos, explorada a lo largo de la ejecución de la obra.
Pero soy demasiado respetuosa, en el mal sentido, y pierdo frescura. Me olvido de hacer un retrato y hago una mera imitación de la imagen que miro, a veces sin ver, y siempre pendiente de que sea del agrado del retratado, que al fin y al cabo es el que paga...
No quisiera echarles la culpa al "le podías quitar las patas de gallo" o "me gustaría que pintaras los dientes más blancos"... Eso se hace estupendamente con el photoshop, y lo último que me apetece es sentirme como una clínica de estética (en el peor sentido de la palabra), pero no olvido que yo pinto el retrato y toda la responsabilidad es mía.
Hace unos meses un amigo, Svante, me hizo una propuesta...
Él es clown, entre otras cosas, y pensamos que podría ser interesante que yo le hiciera un retrato clown, sea eso lo que sea...
Hacía mucho que no pintaba de
Pensé que el retrato iba a ser mucho más loco, quizá más expresionista, no tengo muy claro lo que quería hacer. Todavía me falta mucho respeto que perder.
Esta imagen muestra el resultado, al menos hasta ahora. Hoy lo he dado por acabado, pero es posible que mañana piense otra cosa.
Todavía no estoy segura de que este retrato sea clown, algo tiene (aparte de la nariz roja).