Aviso previo: esta entrada es bastante larga y bastante personal, así que si te atreves leerlo es mejor que te prepares un té y te pongas cómodo. Y si quieres pasarte directamente a la tarea de hacer tu propia revisión, aquí te dejo las preguntas (y su lógica) que he utilizado para elaborar el mío:
¿Qué ha ido bien en 2014? Esta pregunta te ayudará a recordar tus triunfos para definir cuáles de tus cualidades fueron determinantes para ello y poder aprovecharlos también en el 2015.¿Qué ha ido mal en 2014? Recordar aquellas cosas que no salieron como los habías planificado es una excelente forma de aprendizaje para no hacer el mismo error dos veces. Las respuestas te indicarán que tendrás que cambiar de cara al 2015.
Y si, probablemente hace falta sacar la agenda para poder recordar todo lo que pasó en los últimos doce meses.¿Qué ha ido bien en 2014
Esta lista incluye algunas de estas cosas que me han hecho muy feliz este año, de los que estoy orgullosa o que simplemente salieron súper bien. Si te aburre, no te preocupes… en seguida te presentaré mis fracasos y retos para equilibrar la imagen general.
- He publicado dos nuevos libros este año, dentro de la serie “Minimalismo Pragmático”.
- En medio he hecho algo más que un viaje cada mes, incluyendo experiencias intensas como Yoga en Tailandia o una boda de tres días, reuniones familiares en Alemania y escapadas románticas en España.
- Sigo cumpliendo con mi meta de publicar dos entradas por semana en este blog, además de escribir regularmente para publicaciones externas como Emprenderalia, El Blog Alternativo o Magles.
- El grupo de mentoring Mentes Inquietas ha superado mis expectativas y creo que las participantes le están sacando mucho provecho. Finalmente he encontrado un formato de coaching que se ajusta a mi preferencia por la comunicación escrita en combinación con el acompañamiento personalizado e inmediato. La nueva opción del coaching por Lift también entra en esta categoría.
- Las Mentes Inquietas también fueron los primeros conejillos de indias que probaron el nuevo Plan Estratégico de Felicidad (por cierto, la herramienta con la que planificaré el 2015), y los resultados han sido como mínimo interesante. Es una herramienta simple que requiere mucha introspección… y este es el reto: decidir lo que quieres.
- Junto con mi pareja hemos conseguido organizar una boda que esté fiel a mis principios minimalistas sin perjudicar sus preferencias por lo clásico: por ejemplo con mi vestido de boda (blanco, pero diferente) y mi ramo de novia.
- Aparte de devorar un montón de libros, he hecho cursos universitarios en filosofía, neuro-ciencia y programación para mantener la agilidad de mi cerebro.
- Aunque ahora viva en Mataró, sigo yendo al “Tuesday Dinner” con mi mejor amiga, probando un nuevo restaurante en Barcelona cada segundo martes.
- Desde Agosto soy oficialmente empresaria, ya que el proyecto Grinti se convirtió en S.L., por lo menos a nivel España (más sobre este tema en los retos).
- He empezado a tomar mejores decisiones respeto a proyectos “opcionales”. Decidí aplazar (indefinidamente) el proyecto de la feria para mujeres. Borré mi web de programadora WordPress dos días después de publicarla para poder seguir escogiendo mis clientes a dedo y no caer en la tentación de aceptar demasiados proyectos. Parece que finalmente estoy empezando a ver mi propio valor.
¿Qué fue mal en 2014?
No es la lista completa, la he abreviado un poco para no repetir lecciones.
- Por mucho que me gustaría culpar el esguince: a nivel deportivo este año ha sido muy mejorable. Me da hasta miedo de abrir mi aplicación de endomondo por si no me reconoce. Participé en muy pocas carreras, con el resultado previsible de mayor volatilidad en mi humor y menos energía para llegar a mis propias metas. Que si la calor, que si el frío, que si no hay tiempo, que ya iré más tarde… mi cerebro es una máquina en generar excusas y dejarlo para mañana.
- El hecho de no tener horarios fijos ha tenido un impacto bastante negativo sobre mis actividades diarias. En algún momento dejé de levantarme a mi hora y desde entonces tengo la impresión de estar atrasada con todo, terminando las cosas en el último minuto (o no terminándolas directamente). En vez de entregar las cosas con amplio margen, empecé a esperar al último momento, viviendo en un estado de estrés constante, con el agravio de mis propias críticas tipo “si te hubieras levantado…”. Nadie sabe mejor como hacerme sentir mal que yo misma.
- Publiqué dos libros de la serie Minimalismo Pragmático, dos menos de lo que tenía planificado, a pesar de que los siguientes libros ya están planificados. La cuestión es sentarse y escribirlos. El hecho de que me haya distraído con otros proyectos con menos impacto me molesta, sobre todo porque me identifico como autora y escritora. Y los escritores se supone que escriben.
- Grinti no ha crecido tan rápido como me hubiera gustado y mi compañera de Alemania quiere vender su participación de la empresa. Eso me ha dejado como única responsable de Grinti por el momento, algo que se ha notado muchísimo en la calidad de las fotos (soy escritora y muy poco visual) y en las actualizaciones regulares de las redes sociales. Haciendo números tengo que admitir que en 2015 todavía no dará ni para un salario (algo que nunca diré en voz alta frente a mis padres). Si, la curva de aprendizaje fue enorme, especialmente para mis capacidades de programación de tiendas online, aún así hay días que los números me deprimen.
- Al inicio del año me había propuesto de crear una vida social en Mataró para intentar a integrarme mejor en esta ciudad. A día de hoy tengo que admitir que no lo he conseguido y mis intentos han sido más bien patéticos. Sigo sin apuntarme a la asociación de excursionistas (y eso que está a dos calles de aquí) y fue solo hace tres semanas que fui a la primera reunión de Dona’t un Impuls (una asociación de mujeres empresarias). Hay días que me siento sola por no poder tomar un té con algún amigo sin tener que pegarme un viaje de 40 min a Barcelona.
Es la lista abreviada, pero creo que es suficiente para entender las conclusiones que puedo sacar de este año. Vale la pena recordar que a pesar de todas estas dificultades, desenfoques, dudas existenciales sobre mis capacidades, he conseguido resultados excelentes en otras áreas. Así que sé de lo que soy capaz.
Aprendizajes de un año intenso
Una de las grandes promesas de Año Nuevo es que el próximo año todo será mejor, porque mágicamente comiendo 12 uvas te convertirás en una persona determinada, eficiente y productiva. Por si las uvas me fallan, intentaré de implementar algunos cambios para el 2015, fruto del aprendizaje de este año.
La clave del progreso (y de la autoestima) son los hábitos
Para poder avanzar con mis proyectos quiero levantarme temprano y aprovechar estas horas tranquilas que tengo para mi sola por la mañana. Este será el hábito principal que he empezado ya a aplicar esta semana. He vuelto a recrear mi rutina matutina y decidir la tarea más importante del día antes de ir a dormir para tener consciente del por qué me levanto y evitar las discusiones internas entre mis ganas de avanzar y mi pereza.
Los hábitos necesitan su por qué
Lo que me lleva a la segunda opción: mis hábitos requieren de una motivación fundamentada. Querer levantarse temprano no es suficiente, tiene que haber un por qué específico, y más específico mejor. No vale “para tener tiempo para mi”, sino “para poder meditar y escribir mi entrada del blog antes de que se levante mi pareja”.
Si quieres hacer algo, pon lo en la agenda
¿Por qué no tengo círculo social en Mataró? Porque soy una perezosa acomodada con acceso relativamente fácil a sus amigos en Barcelona. Punto. No es que aquí no haya personas interesantes, ni que no tenga tiempo: no me he puesto las pilas y así se ha pasado un año. La solución es ponerlo en la agenda, darme una fecha límite y actuar. O aceptar que a lo mejor no me hace tanta falta como pensaba.
Es más fácil tomar decisiones si tienes una visión global
Por lo general tiendo a sobreestimar lo que puedo hacer en un día (y por la noche estoy frustrada de que no he terminado mi lista de tareas), y al mismo tiempo subestimo lo que se puede conseguir en un año. Para poder resolver esta ecuación el plan estratégico fue vital, porque me obliga de ser específica y tomar decisiones que encajan con mis planes a largo plazo.
Cuando empiezas a planificar tu 2015, asegúrate de que tus propósitos están alineados con tu visión, tus objetivos a largo plazo. Visualizar tu éxito no es suficiente, tienes que trabajar en ello cada día y tienes que tener claro qué es lo que quieres conseguir, por qué lo quieres y que será el próximo paso.
Y el viernes te contaré mi planificación del 2015. Mientras tanto, ¿Cómo ha sido tu año? ¿Qué has aprendido?