RIAS BAIXAS, UN PAISAJE GASTRONÓMICO POR DESCUBRIR (y 3) “La única manera de conservar la salud es comer lo que no quieres, beber lo que no te gusta, y hacer lo que preferirlas no hacer.”Mark Twain. Escritor
Volvemos a la costa porque es tan extensa que los lugares son casi inabarcables en un viaje como el que se hizo de 10 días. La cita es el resumen irónico del viaje, una experiencia donde todo lo que nos ofrecen es de interés y merece la pena catarlo porque de vez en cuando no está mal darse un auto homenaje.
Nos acercamos a la costa de Sanxenxo, en la cercanía, la playa de las Áreas, se encuentra un pequeño hotel, sin restaurante pero con los servicios perfectos para poder descansar y hacerlo centro de operaciones de esta última etapa del viaje. El Hotel Festiñanza nos ofrece una amplia habitación y una gerente que nos ofrecerá toda la información necesaria para poder disfrutar de los manjares de la zona, es recomendable hacerle caso.
O Grove es uno de esos destinos obligados para un gastrónomo en unas fechas concretas, la Feria del Marisco que se suele celebrar todos los años entorno a octubre, este año del 4 al 13, cuando el marisco está en su esplendor y se puede degustar estas viandas a precio relativamente bajo en unas carpas instaladas para tal efecto.
En definitiva, Galicia es terriblemente sabrosa. Seguro que merece la pena acercarse a lugares lujosos y con gran fama, pero os aseguro que si vais de la manera que he ido yo, descubriendo nuevos locales y recomendaciones de la zona, al margen de la aventura que esto supone, vais a descubrir pequeños locales que harán de vuestro viaje una experiencia extraordinaria, vuestro estómago lo agradecerá.