Ricky martin y la formación bonificada.

Por Bonificate

Sorprendentemente (al menos para mí) una de las noticias estrella de esta Semana Santa ha sido la declaración pública de Ricky Martin sobre sus preferencias sexuales. El cantante declaró en su blog “Hoy ACEPTO MI HOMOSEXUALIDAD como un regalo que me da la vida“. Quiero decir que me sorprende que se le de importancia en los medios a esta noticia. Lo entiendo en términos de morbonoticia que atrae y alimenta clientes y consumidores de este tipo de información, pero no lo entiendo en términos profesionales o musicales.

También me sorprende que para el propio cantante sea importante declarar públicamente su homosexualidad. Lo entiendo en términos de catarsis personal, pero no lo entiendo en relación a su carrera profesional ni a su calidad musical. Los medios de comunicación rellenan espacio y Ricky se quita un peso o culpa de encima. Vale. Pero yo me pregunto: lo que un consumidor compra de Ricky Martin_como_producto, ¿es la calidad de sus canciones y conciertos o es el tipo de vida sexual que prefiere tener? ¿Es mejor cantante, emociona más y de modo más intenso ahora que dice ser homosexual? Yo creo que no. Los y las cantantes no se clasifican en homosexuales y heterosexuales, se clasifican en buenos y malos. Las canciones no se clasifican en “escrita e interpretada por hetero/escrita e interpretada por no hetero”. Las canciones se clasifican en “buenas (emotivas, memorable)” y “malas (tediosas, dignas de olvidar)”.

Pasa algo parecido con la declaración “formación bonificada“. Lo importante de una formación no es si está o no bonificada, de mismo modo que lo importante del cantante Ricky Martin no es si es o no heterosexual. Lo importante de una formación es si es buena (memorable, perdurable, util en relación a los objetivos de la empresa, transferible, con impacto claro sobre los indicadores de gestión de la empresa) o si es mala (caduca, despreciable, inútil para los objetivos de la empresa, con resultados intangibles). A pesar de ello perdemos la perspectiva de las cosas. Nos empeñamos en una clasificación imposible y tramposa, que distrae de lo esencial. El cómo gestionemos y administremos una formación nunca debe ser lo que la caracterice. ¿Lo único y más relevante que podemos decir de una formación es que es formación bonificada? ¿Lo más relevante de “La copa de la Vida” es la sexualidad de quien la canta?

Jósé Carlos Amo.