Rifkin´s Festival de Woody Allen (2020)

Publicado el 12 octubre 2020 por Miguel Angel Requejo Alfageme @MiguelARAlfagem

 
Las películas de Woody Allen, su interés, terminaran diluyéndose en la corriente de la reiteración y la insistencia como un azucarillo complaciente, simpático y un tanto atrevido en una taza de café aburrido.
Y también como un azucarillo son presentadas. Envueltas en los créditos en blanco y negro, con los tipos acostumbrados y la música de jazz habitual.
Después vemos que se trata de la historia de siempre, en las que el personaje principal es un trasunto del mismo director con sus inquietudes, experiencias y vicisitudes existenciales habituales, trufadas de diálogos chispeantes, ocurrentes, con la ironía y mala baba marca de la casa, sin faltar la autocompasión y la reiterativa pena por uno mismo: Amor, desamor, sexo y decaimiento físico.
Esta es la esencia del cine de Woody Allen, luego en cada película le va añadiendo algún aderezo. En este caso se traslada al Festival de cine de San Sebastián y se dedica a homenajear al cine por medio de innumerables guiños y llamadas a películas y cineastas de su vida y de la nuestra.
Y no hay más. No se si es bastante.
Posiblemente Woody Allen se está agotando.
La he visto con simpatía, resignación y un poco de pena.
De todas formas, gracias maestro por seguir ahí. Nunca se sabe.