Por: Agencia ANDES | Miércoles, 03/06/2015 07:20 AM |
Quito, junio 3 – La guatemalteca Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz 1992, podrá palpar personalmente este miércoles la contaminación ocasionada en la Amazonía ecuatoriana por la empresa petrolera estadounidense Texaco, que en 2001 se fusionó con Chevron, por la que fue condenada en Ecuador a pagar una millonaria indemnización, sanción que se niega a cumplir.
Según el programa previsto, la líder indígena y defensora de los derechos humanos estará en Ecuador del 2 al 5 de junio, y este miércoles viajará a la provincia de Sucumbíos para visitar el pozo Aguarico 4 con el fin de apreciar -décadas después de la operación de la petrolera- piscinas con restos de petróleo y otros daños al ecosistema en esa región.
El pozo Aguarico 4 se encuentra en la zona norte del campo Shushufindi, en Sucumbíos (región fronteriza con Colombia). Este pozo entró en fase de producción el 2 de agosto de 1974 y cerró el 1 de septiembre de 1986, según información oficial.
Se espera que Menchú, quien preside también la Comisión Internacional de Alto Nivel en respaldo a las propuestas del Ecuador en materia de transnacionales, ratifique su compromiso con la defensa de la soberanía de este país suramericano frente a Chevron. También sostendrá un encuentro con pueblos indígenas amazónicos.
Durante su estancia en Ecuador, la Premio Nobel de la Paz presentará la conferencia magistral ‘Agenda Programática para Pueblos Indígenas en el Siglo XXI´, en la sede de la Asamblea Nacional.
Menchú llegará a la región amazónica ecuatoriana tras participar el pasado día 21 de abril en una manifestación en Estados Unidos contra Chevron. Ahí dijo que no va a descansar “hasta que cada planta esté sana y hasta que las comunidades puedan vivir tranquilas”.
Ese día, en el contexto de una audiencia arbitral del proceso de Chevron contra el Estado ecuatoriano, que se realizó en el edificio del Banco Mundial, Menchú acompañó a alrededor de 1.500 personas de diversas partes del mundo, residentes en Estados Unidos y Canadá, en una manifestación para exigir justicia para el Ecuador.
También participó en el foro ‘Ecuador: Compañías Transnacionales y Derechos Humanos” y denunció que la Chevron-Texaco, además de los serios daños ambientales que ocasionó en el Ecuador, pretende violar la soberanía de este país suramericano con demandas internacionales, e hizo un llamado público a que se evite un crimen de este tipo.
La líder guatemalteca ha calificado la acción de Chevron como un “doble crimen”, por el “ecocidio” ocasionado en la Amazonía ecuatoriana y por la agresión de la empresa por intermedio del sistema internacional de arbitrajes contra el Estado ecuatoriano.
En abril de 2016 está prevista una cumbre de alto nivel de pueblos indígenas, convocada de manera conjunta por el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, y por la activista guatemalteca, a efectos de delinear una agenda programática para estos pueblos en el siglo XXI.
El martes, el mandatario ecuatoriano afirmó que será mejor si vienen más personas “de la trayectoria, el prestigio y la solvencia moral de Rigoberta Menchú” a ver lo que hizo “esta empresa corrupta y corruptora”.
“Ese desastre en la Amazonía es más grave que la Exxon Valdez en Alaska y la British Petroleum en el golfo de México”, apuntó Correa a medios de prensa en referencia a grandes derrames petroleros registrados en esas zonas años atrás.
Personalidades del mundo de la política, la cultura y la academia han constatado la afectación de la Chevron-Texaco en la Amazonía ecuatoriana. En la foto, integrantes del grupo puertorriqueño Calle 13. Foto: Andes/Archivo.
Lucha desde Ecuador contra Chevron-Texaco
En 1993 un colectivo de afectados de la provincia de Sucumbíos inició un proceso legal contra Texaco en un tribunal de Estados Unidos, y Chevron heredó el juicio una vez que se fusionó con la primera.
En 2003, los afectados presentaron una demanda contra la empresa por el daño ambiental en la Corte Provincial de Sucumbíos y en 2013 la Corte Nacional de Justicia ratificó la sentencia que se había dictaminado en 2011, según la cual la empresa tendría que pagar 9.500 millones de dólares, condena que luego fue ratificada en todas las instancias judiciales ecuatorianas.
Sin embargo, Chevron, que operó en este país hasta 1990, se niega a acatar la sentencia alegando que cumplió con remediaciones ambientales que fueron certificadas por el Estado cuando cerró sus operaciones en Ecuador.
En 2009 la petrolera interpuso una demanda de arbitraje ante la Corte Permanente de Arbitraje en La Haya, acusando a Ecuador de violar el Tratado Bilateral de Inversiones (TBI) con Estados Unidos, suscrito en 1997, y denegarle justicia en el caso interpuesto por pobladores de la Amazonía, a pesar de que había realizado extracción petrolera desde 1964 a 1990.
Por su parte, el gobierno ecuatoriano ha denunciado que la petrolera lleva adelante una campaña de desprestigio contra el país y su justicia y lanzó la iniciativa ‘La mano sucia de Chevron’ para informar al mundo sobre la catástrofe ambiental ocasionada en esa localidad de la Amazonía.
Personalidades como la actriz estadounidense Mia Farrow, el cantautor Luis Eduardo Aute, los músicos del grupo ‘Calle 13′ de Puerto Rico, la documentalista y ambientalista francesa Alexandra Cousteau (nieta del expedicionario Jacques Cousteau), entre otras, han visitado la Amazonía para constatar los daños y han expresado su respaldo a Ecuador en su lucha contra Chevron.
Texaco ocasionó daños en un área aproximada de dos millones de hectáreas en una de las regiones más megadiversas del mundo. Según cálculos oficiales, se vertieron 680.000 barriles de crudo a los ríos, flora y fauna de la región y fueron quemados 235.000 millones de pies cúbicos de petróleo al aire libre. Más de 80.000 análisis revelan la existencia de tóxicos en los suelos y el agua por la extracción de crudo.