Basada en un best-seller, con pareja romántica ante la adversidad y flashback de abuelito adorable incluido, vamos, una repetición del esquema de la exitosa El Diario de Noa en toda regla. Lo que seguramente se traducirá en una recaudación igual de abultada y un hueco de honor en las estanterías de todas las que presumen de románticas. El problema es que Robert Pattinson no es Ryan Gosling y Reese Whiterspoon es una de esas actrices transparentes. Pocos se atreven a criticarla, pero si desapareciera mañana tardaríamos años en darnos cuenta.
El resto nos podemos quedar con Christoph Waltz, al que han fichado para ayudar a enmascarar este pastel como un drama con aspiraciones y que seguramente salvará todo el conjunto. Como curiosidad, llama la atención que el director es el responsable de dos entretenimientos más que dignos como Constantine y Soy Leyenda (a pesar de esa carnicería con la novela). Ahora podremos comprobar qué tal se le da contentar al resto de público adolescente que le queda por abarcar.