Las vergonzosas imágenes de la policía antidisturbios apaleando y deteniendo a niños de 14 años en Valencia deberían hacer reflexionar, si es que ello es posible, a los dirigentes del gobierno español. Así no se puede seguir, encabronando el país con medidas salvajes y luego zurrando la badana a los perjudicados para que no incordien con sus protestas. ¿Pero qué broma es esta? ¿adónde pretende llevarnos el Partido Popular, de vuelta al franquismo caliente de los años sesenta y setenta?
Los chavales de Valencia protestan porque en esa región económicamente saqueada, en la que millones de euros han volado nada presuntamente durante años y años de los presupuestos públicos hacia una red mafiosa todopoderosa, tramada y perpetrada por decenas de políticos derechistas y empresarios afines de esa comunidad, la recién descubierta austeridad impulsada en España por el Partido Popular ha llegado al extremo ridículo de cortar la calefacción a un instituto escolar valenciano, el Lluís Vives.
El conflicto ha estallado cuando los alumnos de esa escuela pública se han echado a la calle para reclamar lo que es suyo, y la animal que ejerce como delegada del Gobierno español en el País Valenciano, una tal Paula Sánchez de León, les ha enviado una manada de Robocops para agredirlos brutalmente como solo son capaces de hacer esas fieras disfrazadas de soldados galácticos que al parecer pueblan las unidades de ¿antidisturbios? de los llamados Cuerpos y Fuerzas de Seguridad estatales y autonómicos.
Ítem más, anoche el jefe de policía de Valencia se refería en rueda de prensa a los imberbes manifestantes como "el enemigo", y se mostraba a sí mismo como un estratega militar de altos vuelos dando aguerrida batalla a tan peligrosa tropa de subversivos; ni la policía argentina en tiempos de la Junta Militar llegó a ese comportamiento público tan extremadamente idiota. De dónde toma esa gente sus argumentos ideológicos queda claro cuando recordamos que hace apenas un par de años, en una manifestación en contra de la especulación urbanística patrocinada por el Ayuntamiento de Valencia en el barrio del Cabanyal, un mando policial fue fotografiado llevando una chapa con la efigie del dictador Franco prendida del uniforme. No es de extrañar por tanto que en cuanto los políticos que mandan ahora azuzan a tanto psicópata y fascista como por desgracia sigue habiendo en la policía española, se produzcan de inmediato las consecuencias cuyas imágenes, para pasmo general de nuestros convecinos europeos, se están viendo estos días en la prensa internacional. España vuelve a ser la vergüenza de Europa.
En la imagen, tomada hace unas horas en Valencia, un grupo de antidisturbios da brutales patadas a un estudiante caído en el suelo.