El artista anglomarroquí Hassan Hajjaj (Marrakesh,1961) presenta la semana próxima en New York, en la galería Taymour Grahne, su muestra Kesh Angels en la que captura la atmósfera y el latido incomparable de la iconografía callejera del norte de África con calidez y también con humor.
Esta muestra fotográfica rinde homenaje a la cultura motoquera de la mujeres jóvenes de Marrakesh, las llamadas “kesh angels”. Las fotografía teatralmente en sus scooters o motos, con ropa colorida pero a la vez tradicional.
Hajjak crea imágenes que reflejan la fuerza de estas mujeres, su estilo y su actitud en las calles de la ciudad tumuluosa.
Más allá de que ellas respetan cierta tradición, su presencia y actitud son definitivamente modernas a pesar de los velos con los que cubran sus rostros.
Las chicas ángeles retratada por Hajjaj se ubican en la misma frontera del país donde residen, ese espacio tan próximo a Europa pero a la vez tal lejano. Ellas parecen sintetizar esa zona “borde” donde arrasan las calles, incluso los entreverados callejones del zoco, con sus carros alados de dos ruedas.
En simultáneo el artista presenta en Londres y en Los Angeles su serie My rock stars donde fotografía a sus amigos vestidos de estrellas de rock de EE. UU de los años 60 y 70.
Una invasión marroquí se expande en el mundo del arte y no hay radares ni wikileaks que puedan frenarla. Ni deban.