En el elástico, la prenda tiene un biosensor electrónico que está en constante contacto con la piel y puede medir la presión arterial, el ritmo cardíaco y otros signos vitales. Esta tecnología, fue desarrollada por la Universidad de California en San Diego. El método es similar al estampado serigráfico convencional, pero la tinta contiene electrodos de carbono que forman un biosensor que detecta la lesión y también podría dirigir la emisión de fármacos para aliviar el dolor y hasta tratar una herida. Igualmente sirve para monitorear remotamente a los ancianos en su casa, controlar una amplia variedad de marcadores biomédicos, por ejemplo cardíacos, alertar sobre un posible accidente cerebrovascular y cambios diabéticos. Los biosensores en la ropa también pueden ofrecer información valiosa a los atletas e incluso medir los niveles de alcohol en sangre. Si bien los sensores electroquímicos integrados a la ropa tienen un futuro promisorio para el cuidado de la salud, además de aplicaciones militares y deportivas hay que prestar atención a desafíos claves como la entrega de muestras a la superficie de electrodos y la calibración e interconexión de los sensores. Este trabajo fue publicado en la revista de The Royal Society of Chemistry.