Rosa mosqueta

Por Gabriel Giner @esaludcom

La rosa mosqueta tiene una gran popularidad en el mundo de la belleza y el cuidado de la piel por sus numerosos beneficios regeneradores. Y es que esta planta tiene un alto contenido en vitamina C además de tretinoína natural (forma ácida de la vitamina A) y los ácidos grasos esenciales Omega 3, 6 y 9 que hacen que tenga magníficos resultados visibles en poco tiempo. En este artículo analizaremos en detalle todas las propiedades, beneficios y usos de esta planta medicinal.

El nombre oficial de la rosa mosqueta es rosa eglentería o rosa rubiginosa. Es un arbusto silvestre original de Europa central (aunque también se cultiva en zonas de América Latina) que produce una bella flor de color rosa pálido (la floración solamente tiene lugar una vez por temporada). Con su fruto, llamado escaramujo, se hacen infusiones, además de dulces y mermeladas. De sus semillas se extrae un aceite muy utilizado en cosmética y se considera, junto con el aceite de argán, uno de los más valorados.

Beneficios medicinales de la rosa mosqueta

  • Remedio natural que proporciona hidratación en la piel. Muy útil en caso de pieles secas o estropeadas.
  • Propiedades anti inflamatorias. Se utiliza para aliviar la inflamación tanto en la piel como en las articulaciones. Mediante infusiones también sirve para calmar la inflamación gastrointestinal.
  • Tiene propiedades reparadoras que aceleran la cicatrización en caso de heridas, cortes y quemaduras.
  • Mejora los eczemas o dermatitis mediante la aplicación directa de su aceite.
  • Tiene propiedades que estimulan el fortalecimiento de las defensas naturales del organismo.
  • Es un eficaz antiarrugas y rejuvenecedor de la piel.
  • Propiedades antioxidantes.
  • Proporciona una mayor elasticidad a la piel.
  • Ayuda a luchar contra el cansancio y la fatiga mediante infusiones.
  • Se suavizan marcas en la piel como pueden ser las estrías.
  • Elimina las manchas en la piel ya que es capaz de redistribuir la pigmentación.
  • Cuida el cabello. Consigue que el pelo nazca más fuerte, brillante y sea menos quebradizo.
  • Mejora la circulación sanguínea.
  • Ayuda a combatir el estrés y la depresión, pues tiene efectos relajantes.
  • Regula los niveles de azúcar en sangre, lo que puede resultar de gran utilidad para las personas que sufren de diabetes.
  • Mejora la digestión y alivia la pesadez en el estómago.

Todas estas propiedades hacen que su uso sea extremadamente recomendable, ya que, por si fuera poco, no se ha registrado que produzca ningún efecto secundario negativo. A continuación analizaremos las diferentes formas en las que puede utilizarse esta planta medicinal.

¿Cómo utilizar la rosa mosqueta?

Principalmente, esta planta puede aplicarse mediante cremas o aceites o beberse en infusiones.

En aceite, cabe destacar que puede aplicarse en cualquier parte del cuerpo. Para que sea más efectivo, se recomienda su aplicación después de una ducha de agua tibia antes de meterse en la cama. La piel debe estar limpia de impurezas o residuos de maquillaje. Tan solo son necesarias unas gotas del producto para observar resultados. No se recomienda aplicar directamente el aceite en pieles con tendencia a engrasarse.

La rosa mosqueta en crema tiene una textura más densa y menos pringosa, lo que resulta más cómodo para su aplicación. Hay muchas marcas que han comercializado cremas con extractos de esta planta, pero para que tenga las mismas propiedades que el aceite dependerá sobre todo de su elaboración.

En infusión, la rosa mosqueta es drenante y diurética y tiene un ligero efecto laxante. Puede comprarse al peso o en cajitas con bolsitas de 2,5 gramos cada una. La recolección de sus frutos se realiza de manera manual. Para realizar la infusión solo es necesario calentar el agua sin que llegue a hervir y añadir la planta, dejándola reposar unos minutos.

Cómo hacer aceite con rosa mosqueta

El aceite de rosa mosqueta se extrae de las semillas del fruto

Para no depender de ninguna marca y para que sea más natural, el aceite de rosa mosqueta puede prepararse en casa de manera muy sencilla.

En primer lugar, se debe recolectar (o directamente comprar en un herbolario) el fruto de la planta, es decir, los escaramujos. La mejor estación del año para hacerlo es el otoño, pues es cuando están lo suficientemente maduros.

Una vez recolectados, los escaramujos deben ser limpiados con agua tibia y secados con un paño. A continuación, deben quitarse los bordes de los frutos con la ayuda de un cuchillo y cortarlos por la mitad para que puedan aprovecharse todas las semillas que se encuentran en el interior.

Después, los escaramujos deben introducirse en un frasco de cristal y ser cubiertos con aceite de almendras para después agitarlo y dejarlo bien cerrado con una tapa. La mezcla debe permanecer sin ser manipulada en un lugar fresco y seco un mínimo de veinte días. Una vez que pase ese tiempo, tan solo es necesario colar el contenido del bote y el líquido resultante ya estará listo para ser usado. ¡Así de sencillo!