Para hacer las masas que llevan levaduras tenemos que tener en cuenta algunos aspectos como la temperatura. Un exceso de temperatura aceleraría la fermentación, lo que puede resultar perjudicial. La época del año y la temperatura de la habitación donde trabajamos influyen en las masas. También la fricción del amasado sube la temperatura de las masas. Una masa de bollería fermentada debe tener una temperatura de entre 25 y 27º. Para regular correctamente las temperaturas, los líquidos que lleve la masa estará más fríos o más calientes dependiendo de la temeperatura ambiente.
Después de esta pequeña explicación les voy a detallar la forma en la que hice este roscón- Hay varias formas de mezclar lo ingredientes, pero esta que empleé me pareció la más sencilla ya que tampoco hice masa madre, con lo que el tiempo empleado en la elaboración es mucho más corto.
Ingredientes:
Para un roscón pequeño, si lo queréis mayor duplicar los ingredientes
-250g. de harina fuerte
- 50g. de azúcar
-1 dl. de leche entera
-1 huevo + otro para pintar
-1 cuchara pequeña de agua de azahar
-1 cuchara pequeña de ron oscuro
- 50 g. de mantequilla
- 3,5 g. de sal
-10 g. de levadura prensada
-1 cuchara sopera de ralladura de naranja y ralladura de limón
-1 cucharita de baked appel (polvos de manzana de Lidl)
Decoración:
Fruta escarchada
Almendra en granillo
Azúcar (yo no le puse)
sorpresa*
*Tradicionalmente la sorpresa era una haba seca, actualmente se introducen figuritas que deben envolver en papel celofán.
Preparación:
Por un lado ponemos en un recipiente pequeño la levadura con un poco de leche tibia y dos cucharitas de azúcar. La apartamos y dejamos reposar un momento para que suba.
Cernimos la harina y formamos un volcán, formamos un hueco y le añadimos el resto de leche tibia, el resto de azúcar, el huevo, la mantequilla en pomada y a temperatura ambiente, la sal, el ron, el agua de azahar, la ralladura de limón y naranja y los polvos de manzana, por ultimo añadimos la levadura que habíamos dejado fermentar anteriormente, la introducimos a trocitos. Mezclamos bien todos los ingredientes amasando hasta que la masa se despegue de los dedos. No debemos amasar en exceso para que no nos quede una masa muerta. Formamos una bola y la tapamos bien para dejarla fermentar. (debe duplicar el volumen, aproximadamente dos horas, dependerá de la temperatura ambiente como expliqué al principio).
Una vez haya fermentado cogemos la masa y con los nudillos de la mano vamos apretando para dejar soltar todo el aire. Dejamos fermentar otra vez bien tapado. (Aproximadamente el mismo tiempo anterior)
Después de la segunda fermentación trabajamos de nuevo la masa para volver a soltar el aire. Formamos una bola, luego introducimos el dedo índice en el centro para hacer el agujero y ya le vamos dando la forma de roscón. Si la masa está elástica, al hacer esto con el dedo, la masa se irá abriendo casi sola mientras la giramos para darle forma de roscón.
Ponemos la masa sobre la bandeja de horno previamente cubierta con papel vegetal, en el centro pondremos un aro de emplatar para que al cocerse no se cierre y se quede el hueco. Volvemos dejar fermentar, esta vez no necesitará tanto tiempo media hora será suficiente.
Mientras encendemos el horno a 200º
Pintamos la masa con huevo y la decoramos con la fruta escarchada, el azúcar y el granillo de almendra. Introducimos en el horno durante 15 minutos.
Dejamos enfriar y rellenamos si queremos. Actualmente existe la costumbre de rellenar los roscones de nata o trufa, para lo cual tan sólo tendremos que cortar por la mitad y añadirle el relleno, luego volvemos a montar la parte superior. Para mi gusto personal yo no le puse relleno, porque para mi perdía el sabor del roscón.
¿Qué os parece?