Sin embargo la forma de la vivienda, prácticamente rectangular y la situación de la cocina, al lado derecho de un patio de vecinos sin construcciones enfrente, nos permite introducir un eje visual desde la puerta de acceso hasta esa fuente sugerente de luz. Si además conseguimos ajardinar e iluminar ese patio, podríamos colonizar, al menos visualmente, un espacio que, en realidad, no nos pertenece pero que forma parte indiscutible de nuestro entorno. Un patio de inspiración japonesa y una iluminación desde los dinteles de las ventanas del salón y de la cocina, podrían conseguir ese efecto.
Por regla general, la tabiquería no hace arquitectura. En consecuencia, lo lógico en un piso tan pequeño es reducir la distribución al mínimo posible. El anterior propietario optó por una habitación. ¿Qué ocurriría si en lugar de habitación imaginamos un mueble-cubo-cama-dosel que nos invite a introducirnos en él?
El hecho de que el apartamento se encuentre en primera planta, antiguamente principal del edificio, nos ofrece una altura libre de 2’90. O lo que es lo mismo, el cubo no tiene necesidad de llegar al techo. Si además apoyamos el cubo en un pequeño cuadrado retranqueado, podríamos sugerir que el cubo flota sobre el suelo del apartamento. La luz recogida por los patios delanteros y traseros atravesaría la habitación-mueble, por encima y por debajo de ésta, ofreciendo la posibilidad de almacenar enseres, tanto arriba como abajo.
Por último, un diseño atrevido, sugerente y ligero, de la sala de baño, con acceso desde el comedor y desde el hall, para que un segundo huésped pueda acceder desde un sofá-cama situado en la zona de estar, complementa la vanguardia conceptual de la propuesta.
Luis Cercós & Lorena del Pozo (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com