El sistema de embrague en el volante lo introdujo McLaren en 1994 en el monoplaza de Mika Häkkinen y, desde entonces se fue extendiendo al resto de equipos. Ahora, la FIA pretende introducir un elemento más de incertidumbre, complicando las salidas y obligando a los pilotos a tener mayor influencia en la operación-
Al respecto, los pilotos presentes en la rueda de prensa oficial de la FIA coinciden en que ahora es más complicado arrancar con eficiencia. Nico Rosberg, el ganador en el Gran Premio de Australia -pero que perdió dos plazas con los Ferrari-, cree que “es un reto, lo hace más complicado, habrá más variabilidad en las salidas”, algo en lo que coincide Fernando Alonso: “es más complicado, así que es bueno para el show”.
Felipe Massa también es de la misma opinión que sus colegas de Mercedes y McLaren, aunque piensa que “tras dos o tres carreras será parecido a lo de antes”, algo que, para Max Verstappen, está ya superado. “Creo que es muy parecido, tuve una buena salida así que quedé contento, pero en líneas generales es cuestión de practicar más, pero es algo con lo que podemos lidiar”, afirmó el joven piloto de Toro Rosso.
Romain Grosjean, por su parte, dejó muy claro que prefiere el sistema anterior, algo que se ve influenciado por pilotar en un equipo completamente nuevo: “Prefiero el sistema antiguo”, explicando que confería “más precisión en relación al tiempo de reacción, aunque al final no cambia mucho el procedimiento. Creo que algunos equipos lo han hecho mejor que otros, nosotros somos un equipo nuevo y aún tenemos que trabajar en ello”, reconoció el francés.
Para Pascal Wehrlein, en cambio, no es posible establecer una comparación con el anterior sistema ya que debuta este año. En su reciente etapa en el DTM, el embrague se acciona con el pie izquierdo mediante un pedal, por tanto es “completamente diferente. Mi salida en Melbourne fue realmente buena y adelanté siete posiciones, ¡así que no puedo quejarme!”, finalizó diciendo el piloto de Manor.