Rusia y Polonia intentan pasar página a sus más recientes traumas históricos

Por Nestortazueco

(Moscú, 11/04/2011, EFE)

Rusia y Polonia intentaron ayer pasar página a los dos traumas históricos que les enfrentan: la catástrofe aérea en la que hace un año murió el presidente polaco Lech Kaczynski y la matanza de militares polacos por orden de Stalin en Katyn.



Con ocasión del primer aniversario del accidente, los presidentes ruso, Dmitri Medvédev, y polaco, Bronislaw Komorowski, viajaron a la ciudad rusa de Smolensk, donde ocurrió la tragedia un 10 de abril de 2010, para rendir homenaje a las 96 víctimas.

“Hemos acordado que será creado un grupo especial interestatal, que diseñará el proyecto del monumento” conmemorativo conjunto que será erigido en el lugar de la catástrofe, aseguró Medvédev.

A su vez, Komorowski subrayó que el texto de la inscripción de la placa conmemorativa será grabada en ruso y en polaco y su contenido “será acordado por ambas partes”.

Ambos presidentes lograron así zanjar la polémica desatada tras la visita el sábado de una delegación oficial polaca a Smolensk por la decisión de las autoridades locales de retirar la placa en polaco colocada casi un año antes por familiares.

La anterior placa, colocada unilateralmente por la parte polaca, rezaba: “El presidente Kaczynski murió de camino al 70 aniversario del genocidio soviético de los prisioneros de guerra, oficiales del Ejército polaco”.

Al hablar de “genocidio”, la inscripción alude al asesinato a manos de los servicios secretos soviéticos de más de 22.000 militares polacos en 1940 y 1941, crimen que es conocido históricamente como “La matanza de Katyn”.

En cambio, ahora la placa está escrita tanto en ruso como en polaco, alude a la catástrofe aérea, pero no hace ninguna referencia a Katyn.

Además, durante los actos oficiales celebrados el domingo en Varsovia quedó claro que un sector de la sociedad polaca no está de acuerdo con las conclusiones de la investigación del accidente y acusan a Moscú de encubrir parte de la verdad.

“La parte polaca espera recibir los originales de las cajas negras” del siniestrado Tu-154, señaló Komorowski.

Al respecto, Medvédev abogó por proseguir la investigación penal sobre el accidente y por que “las conclusiones sean públicas y comprensibles”.

Tanto el primer ministro, Donald Tusk, como el líder opositor y hermano gemelo del presidente fallecido, Jaroslaw, consideran que el informe técnico final emitido por el Comité de Aviación Interestatal (CAI), que exculpa a la parte rusa, es incompleto.

Según ese informe, la causa directa del accidente fue la decisión de los tripulantes polacos del Tu-154 de no dirigirse a un aeródromo de reserva, pese a la densa niebla que reinaba en Smolensk.

“La postura rusa es conocida: el análisis técnico del CAI ha sido completado y sus resultados han sido divulgados”, aseveró Medvédev, que instó a ambas partes a “no ser rehenes de los estereotipos ideológicos y de los acontecimientos históricos”.

El hermano de Kaczynski echó la pasada semana más leña al fuego al asegurar por televisión que no descarta que Lech fuese asesinado en Smolensk.

Por otra parte, Komorowski pidió hoy la desclasificación de todos los documentos relacionados con la matanza de Katyn y la rehabilitación legal de los militares asesinados.

Polonia, recalcó, “desea cerrar el capítulo dedicado al episodio de Katyn en el gran libro de las relaciones ruso-polacas, pero para cerrar este capítulo hay que leerlo hasta el final”.

Por su parte, Medvédev recordó que Moscú ya ha emitido una valoración histórica sobre la tragedia y que “la responsabilidad de este crimen la tienen los dirigentes del Estado soviético de ese período”.

“Nadie debe poner en duda que el Estado ruso y yo como presidente hemos dado una valoración exhaustiva de lo que ocurrió y quien fue el culpable de este crimen”, apuntó el líder ruso, que dijo haber dado ya la orden para agilizar la entrega de nuevos documentos.

Medvédev añadió que “los intentos de aportar otras versiones (de la matanza de Katyn) no se basan en documentos históricos ni en los hechos”.

“Creo que en aras de nuestro futuro debemos pasar esta página, pero de forma que perdure en la memoria de rusos y polacos”, aseguró.

En noviembre del año pasado, la Duma del Estado, la cámara baja del Parlamento ruso, aprobó una declaración en la que condenó la matanza de Katyn y admitió que fue perpetrada por “orden directa de Stalin y otros dirigentes soviéticos”.

Las autoridades soviéticas siempre culparon a los nazis de la muerte de los miles de oficiales polacos y, sólo en 1989, el último dirigente soviético, Mijaíl Gorbachov, reconoció la responsabilidad de la URSS por los hechos de Katyn.