Ruta 'foodie' por Madrid, entre lo hipster y lo castizo

Publicado el 20 enero 2015 por Laia Codina Gasión
Empezaré diciendo que esta mini escapada del 2 al 5 de enero la planificamos para compensar las vacaciones de verano que no pudimos disfrutar y para vernos con Jose, mi mejor amigo de Madrid, quien, tras más de 8 años viviendo en Tokyo, había decidido instalarse definitivamente en la capital. A nuestra expedición se unió Takako Maeda, una joven japonesa afincada en Barcelona desde hace 3 años, amiga común de ambos. La ocasión ideal para reencontrarnos todos y matar dos pájaros de un tiro ;)A pesar de que los tres ya habíamos estado en Madrid, teníamos muchas ganas de turistear, visitar museos y sobretodo, probar delicias culinarias (nos gusta comer bien). Sirva esta entrada para compartir todos los sitios que probamos y para agradecer a Verónica Algaba que publicara este inspirador post.
Llegamos con el AVE la mañana del viernes a la estación de Atocha sobresaltados por una amenaza de bomba. "A la calle, a la calle. ¡Todo el mundo a la calle!"Empezamos bien...Una vez fuera del recinto y pasado el susto inicial, vimos como un gran dispositivo policial había cortado todos los accesos y las calles colindantes a Atocha. Por eso, el recorrido previsto en metro lo tuvimos que hacer caminando hasta Conde de Casal donde se encontraba nuestro hotel, un lujoso 4 estrellas de estilo británico, el Hotel Claridge.
Aprovechamos la proximidad para visitar el Parque del Retiro y hacer tiempo hasta nuestro encuentro con Jose y su mujer Miyuki. Nos habían citado para comer en la Latina en un restaurante especializado en hamburguesas caseras, el Mad Café.[Ahora que estoy editando las fotos cometimos un fallo gordo: ¡NO nos hicimos fotos de grupo con Jose y Miyuki! >_<]

Con un solo plato te quedabas saciada. Yo me pedí la Texas Burguer que llevaba aros de cebolla, ¡increíble!


El resto de la tarde la pasamos en casa de los padres de Jose, en Getafe, con un viejo conocido de nuestra época 'otaku', Alberto y su familia hispano-japonesa.
Volvimos a nuestro hotel para cenar y prepararnos para el sábado, que prometía ser potente y es que de buena mañana nos 'cascamos' 4 horas visitando las 50 obras maestras recomendadas del Museo del Prado. Salimos con un hambre atroz hacia el barrio de Chueca, cruzando los dedos para que nos dieran de comer en Lo Siguiente, un bistro-bar que Verónica había recomendado y que no nos decepcionó.

Trato amable, ambiente distendido y raciones generosas además de una bonita decoración, todo bastante hipster.

Dados de solomillo

Huevos estrellados

Croquetas líquidas

Callejeamos un rato para bajar la comida a la búsqueda de una cafetería cuca hasta que encontramos la refinadísima pastelería Pomme Sucré.

Un delicioso té biológico servido en un no menos delicado y distinguido juego de tetera y taza de porcelana

Después de bajar por la calle de Fuencarral, nos dirigimos hacia el Saporem de Ventura de la Vega donde habían montado un mercadillo navideño pop-up en el que se encontraba, entre otros puestos handmade, nuestra admirada Olivia Soaps a quien Takako había conocido, y comprado, en el Festivalet.Tras saludar (y confundir) a la hermana de Paula y hacer el 50% de nuestras compras de Reyes, nos fuimos a cenar por la zona de tabernas y tascas que hay justo detrás de Sol.

Tuvimos la suerte de 'llegar y engranar' en la taberna vasca Kaixo que nos recomendó muy acertadamente un compañero de trabajo de Takako.

Nada como una San Miguel helada para abrir el apetito...

Me gustó el detalle de los montaditos de bienvenida

Pimientos del piquillo rellenos de bacalao para compartir

Una tosta 'vasca' para cada uno. La de Takako de gulas con allioli; las nuestras, de pollo con queso brie y salsa de mostaza


El domingo por la mañana quisimos hacer una actividad típica madrileña, perdernos por las calles del Rastro.  Antes de empezar, nos tomamos un buen desayuno en + Que Pan, una panadería de la Latina que nos recomendó Alicia G. Rey, cuyo estudio se encontraba muy cerca. A pesar de que no pudimos quedar con ella, nos vino súper bien su recomendación.

Nunca habíamos probado el croissant a la plancha, pensamos que era una broma cuando nos lo sugirieron, pero la verdad es que nos encantó.


Después de explorar infinitas tiendas de antigüedades y probarnos auténtica ropa 'vintage', abandonamos el Rastro en dirección a la Taberna La Bola, casa fundada en 1870, especializada en Cocido Madrileño.

Decir que mi marido pudo con un puchero de barro individual. En cambio, el nuestro casi acaba con nosotras y eso que lo compartimos (tenemos una buena anécdota que contar al respecto).

Primero va el caldo con los fideos

Luego los garbanzos con todos los tropezones de carne

Pero donde empieza el 'trabajo' verdadero, es en desmenuzar la carne, añadir la col rehogada, condimentar con la salsa de tomate (opcional) y por último, a comerlo

Un orujo de regalo para digerir a la bestia parda llamada 'Cocido Madrileño'


El resto de la tarde nos salió un poco "fail". Queríamos 'quemar' el Cocido a base de patear el Museo Casa Sorolla pero sorpresa, estaba cerrado. Tampoco pudimos ver la exposición temporal del mismo artista en la Fundación Mapfre que, pese a ser gratuita, tenía el aforo completo.
Optamos por dividimos. Así, mientras Takako y yo pateábamos el barrio de Salamanca cual Pretty Women de saldo, Ricardo visitó la exposición de Ibáñez en el Círculo de Bellas Artes.En el barrio de Salamanca vimos frustrados nuestros deseos de merendar en El Kiosco del Pan y en Federica & Co al encontrarnos ambas cafeterías cerradas.Por suerte, nos pudimos asegurar el tanto en un establecimiento que estaba abierto los 365 días del año donde, a la salud de Takako (seguía empachada de Cocido), merendamos-cenamos unos auténticos churros con chocolate. Me refiero a la Granja Chocolatería más típica de Madrid, San Ginés
La mañana del lunes la dedicamos a visitar los Jardines de Sabatini cercanos al Palacio Real y la Catedral de Nuestra Sra. de la Almudena. De allí fuimos caminando hasta el Templo de Debod, uno de los sitios que me enseñó Jose cuando vine por primera vez a Madrid.

Quedamos para comer con Miguel, el compañero madrileño de trabajo de Takako, en el restaurante Bazaar, en pleno corazón de Chueca. Un restaurante del grupo Andilana donde puedes comer de menú diario por poco menos de 11€.

Gazpacho y filete de perca con gulas

Al salir del restaurante, muy cercano al Mercado de San Antón, le pedimos a Miguel que nos hiciera de cicerone por las calles de Malasaña. Nos mostró establecimientos míticos del barrio como la peluquería Corta cabeza regentada por un enano. Justo al lado encontré La Antigua, la tienda fundada por Silvia Calles Closet, Lady Desidia y Lucetemas.


Y así fue como nos despedimos de Madrid la víspera de Reyes para embarcarnos de nuevo en el AVE con destino a Barcelona.
Agradecimientos a: Javier Carballal y Marta de Castro por sus recomendaciones.Takako Maeda por la mayoría de fotos, hechas con el móvil, de los lugares y los platos que ilustran de esta entrada.