Los alrededores merecen la pena. Fuimos en ferry por las Islas San Juan y vimos un atardecer increíble. ¡Qué colores! Y no solo eso, si no que vimos orcas a lo lejos. Una maravilla.
También tuve la suerte de encontrarme a dos tejedoras en el trabajo, ¡qué coincidencia! Me dijeron que tenía una tienda de lanas muy cerca de donde me alojaba, en Renton, y que visité un par de veces. Se llama The Knittery, con una gran variedad de madejas de colores preciosos.
Y claro, como el knitting une, me fui con una de las tejedoras en ferry a Victoria, Canadá, a hacernos nuestra ruta lanera allí. Fue muy curioso porque en el ferry nos encontramos a un matrimonio en el que ambos iban tejiendo. ¡Increíble! :D
Las tiendas en Canadá me encantaron. La primera se llama Button and Needlework Boutique.
Y la segunda, Beehive Wool Shop, la que más me gustó. Podría haberme pasado horas viendo todas las lanas, los libros, lo que tejían las chicas de la tienda. Salí de allí feliz con dos madejas de Madelinetos, de regalo para mi madre. Lanas teñidas a mano en Texas, ambas merino.
Al llegar a Madrid estaba encantada de montar la devanadora y la ovilladora, algo que no hago habitualmente. ¿Os acordáis del post con el vídeo retro de la devanadora? :D
¡Y ya tengo todo ovillado! Además de un regalo que me hizo la otra tejedora, un ovillo con un rojo muy bonito y suave. Lana Woolike. ¡Qué ilusión! Ya tengo ya pensado el chal que tejer con ella. ¡Ahora solo hay que ponerse!
:)