Uno de los grandes trazados históricos que recorre la península ibérica desde el Norte hasta el Sur, o desde el Sur hasta el Norte -dependiendo de dónde se comience su recorrido- es la Vía de la Plata, cuya historia y evolución han sido objetos de mi cuarta sesión en la Universad de la Experiencia (Universidad de Valladolid, Campus de Segovia). A través de sus 800 kilómetros, el turista, andariego, motociclista, conductor… podrá conocer cuatro comunidades autónomas: Asturias, Castilla y León, Extremadura y Andalucía, y comprobar la riqueza de su patrimonio tanto material como inmaterial, al hilo de su trazado inicial: constituido por las grandes calzadas romanas (vías de comunicación, de transporte y de viajeros) y cuya denominación árabe -balata-, derivó finalmente en “plata-.
La Vía de la Plata se promociona desde Turespaña, y desde el año 2007, fecha en la que se puso en marcha el Programa Sictec para la mejora de la calidad del destino turístico, esta ruta cultural agrupa a 14 municipios y 500 empresas. En su apuesta por ser más visible, Turespaña ha llevado la Vía de la Plata a las principales Ferias turísticas, ha publicado diversas guías turísticas y se han llevado a cabo diferentes iniciativas en el ámbito del márketing y la prensa. Las posibilidades que se ofrecen al viajero son diversas, y para ello se han diseñado rutas para llevarlas a camo en moto, en bicicleta o a pie. El objetivo final, alcanzar al público, poniendo énfasis en los productos culturales, gastronómicos y de naturaleza que aglutina la Vía de la Plata.
A su paso por Castilla y León, este trazado recorre las tres provincias más occidentales: León, Zamora y Salamanca, y en él se deben seguir los diferentes miliarios que marcan el camino -distinguidos por su forma de columnas con inscripciones de los emperadores romanos que los mandaron construir-, y diversos puentes, entre los que destaca el sito en Salamanca, sobre el río Tormes. La provincia de León conjuga presente y pasado a la perfección: si la capital organiza actividades en torno al origen romano de la ciudad y cuenta con la visita a la Cripta de las Cascalerías, la muralla romana y Museo de Arte Contemporáneo, la provincia está representada por la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga -17 barrios de Pola de Gordón y sus embutidos- y por la localidad de La Bañeza, donde puede visitarse el Museo de las Alhajas, o degustarse las alubias y las ancas de rana.
Por su parte la ciudad de Zamora ofrece al viajero su Semana Santa -declarada de interés turístico internacional-, una singular ruta europea sobre arquitectura modernista, la visita al Castillo-Museo Baltasar Lobo, la Catedral y la iglesia de Santa María la Nueva; en la provincia, son las fiestas de la localidad de Benavente en honor a la Virgen de la Vega, en torno al Corpus Christi y declaradas de Interés Turístico Nacional en 1991, las que permiten al foráneo descubrir al Toro Enmaromado. Por último, y ya en Salamanca, la Vía de la Plata alcanza la localidad de Béjar, que trabaja contra el tiempo para abrir al público su mayor proyecto cultural: el Museo Textil, que acogerá la historia de su pasado industrial, dando a conocer al visitante además de la arquitectura, el entorno natural en el que se ubicaron los principales edificios, los ríos. Dentro del Patrimonio Inmaterial, Béjar cuenta con unas de las fiestas más distintivas de España: el Corpus Christi, que se celebra desde 1397, y en la que participan los “hombre de musgo” -declarada fiesta de interés cultural desde 1998-.