Hola 2014, ya estamos de vuelta por aquí. Aunque la intención era haber regresado al blog el día 2, quienes me seguís por Instagram sabéis que nuestro comienzo de año fue un poco caótico así que decidí cogerme algún día más de vacaciones.
Imagino que a estas alturas ya estaréis todos en esa primera fase de cumplir todos y cada uno de los propósitos que comienzan a pasar por nuestra cabeza cada diciembre y que, por alguna razón, son bastante comunes y repetitivos. Este año yo no. Ni idiomas, ni dietas, ni nada.
Creo que voy a ir poco a poco, con paso corto y vista larga. Como única intención inmediata me propongo pasar (aún más, si cabe) de todas las cosas y personas ajenas a mi que interfieran en mi felicidad. Eso nunca. Y disfrutar de la gente que quiero como lo he hecho en el 2013. De mi familia, que es la mejor del mundo y la adoro porque siempre están cuando los necesitas, apoyándose unos a otros. De Alejandra, porque no haberme perdido ni un solo día de su primer año me ha dado una felicidad enorme que añoraba al estar lejos de mi casa. De mis amigas de verdad, fuentes de desahogo y confesiones. De mi marido, el gran receptor diario de mil locuras, ideas y proyectos que pasan por mi cabeza y que se ocupa de frenarme…o de lanzarme.
Siempre tengo ganas de que llegue Navidad porque desde hace unos años el mero hecho de sentarme a la mesa con la gente que más quiero me parece la razón más potente del mundo para festejar cada instante.
Pero llegado un momento, quieres o necesitas que acabe ya. Mil comidas familiares, con la mía, con la suya. Nochebuena aquí, Nochevieja allí, Reyes aquí…yo sólo veo maletas, ajetreo. Que me faltan reyes por comprar. El teléfono saturado, el blog abandonado. Buscando horarios extraños con algo de paz para trabajar. Algún enfado, alguna lágrima. Un año te toca a ti, otro no. Imprevistos que te obligan a cambiar los planes. Compromisos que por el mero hecho de serlos hacen que tu actitud sea la incorrecta.
Y la vuelta a casa… Master Chef? Me pregunto para cuándo Master Madre! A ver si son capaces de cocinar para toda la semana, preparar un surtido variado de potitos y a la vez poner lavadora, colgar lavadora, enviar mails, cambiar pañales y siempre siempre con la cabeza convertida en una tabla de excel que ordena minuciosamente las distintas tablas de tu vida: trabajo, casa, familia, blog…y no en ese orden.
(respira y cuenta hasta diez en este momento)
Divina rutina. Te echaba de menos.
···patricia···