Y más importante todavía, saber que la población se recupera gracias a la labor que se lleva a cabo.
La transformación fué sencilla, añadir los pincelitos típicos que tienen en la orejas, poner un final oscuro en su rabito, y cambiar el color. Las típica manchas del lince aparece cuando son mas mayores, los cachorros, tienen el pelaje en tonos pardo y amarillo.
En la almohada, las huellas del lince a un lado, y en el otro unas cigüeñas.
Aparecen los carteles de las ciudades que están relacionadas con el bebé.
La reserva natural de Doñana, tenía que tener agua, agua, y unas de las aves de que habitan en este maravilloso lugar de España.
Cuando las personas que te hacen un encargo, tienen una ideas tan acertadas, el trabajo se convierte en un ejercicio que te hace soñar mientras pintas.Un verdadero placer.
Sábanas de cuna, pintadas a mano