Edamame
Tal vez, hoy en día y por el mundo “tan pequeño” en el que vivimos, debido al acceso fácil y rápido a la información, antes por defecto y ahora me parece que en exceso, además, no necesariamente sea buena, ni tan siquiera real, sea la causa de este alboroto gastronómico que nos hace discutirle al más pintado sumiller, criticar con autoridad a un reputado cocinero, incluso enseñarle al personaje de detrás de una barra sobre alguna bebida, tampoco vale otear todas sus bebidas expuestas en la barra y pedir justo la que no tiene para dejarlo mal, nadie se hace grande en algo empequeñeciendo a los demás!, es cierto que hay de todo, pero, no lo olvidemos, hay de todo, como en todos lados y en algo tan subjetivo como el gusto y el sentir, que es la forma básica y primaria de la gastronomía, no existen las verdades absolutas, o sobre gustos no hay nada escrito, sobre gustos no se discute, de gustos y colores…, hay tantos dichos populares y tan precisos al respecto, elije uno, hay para regalar.
Creo que debemos complicarnos menos la vida, ser más sencillo ante un placer tan sublime como el de comer o beber, porque seguro que lo disfrutariamos más, es como cuando bebemos un vino, parece que estemos haciendo una cata profesional, en vez de una hedonista, social o de puro placer, así de básica y mortal, una cata “por que yo lo valgo” y punto, sin más alharacas ni aspavientos, solo quiero beber y disfrutar, sentir y dejar que la bebida haga el resto, esto es lo que deberíamos hacer con toda la gastronomía, basta ya! de una opinión técnica, releída y memorizada sobre el origen de este atún, de tildar de hereje vinícola al acompañante de mesa por no saber las 37 cualidades organolépticas del vino en cuestión, preguntar con indignación y en voz alta como si fuese una cuestión de estado, ¡¡¿No sabes lo que es Edamame?!!, criticar a alguien por no saber comer con palillos, mirar por encima del hombro a alguien que le guste el vino y que no sepa que es Coonawarra, o si pide un vino con hielo ¿Por qué mirarlo raro?, no hace falta saber que es Noma, beber Kopi Luwak los domingos, haber comido ceviche o un silkie, tener una selfie con Alex Atala, saber preparar mojitos, o haber hecho o probado mil y un cosas innecesarias para poder disfrutar, si te gusta comer lentejas con plátano (entiéndase o similar algarabía gastronómica) y eres feliz enhorabuena, estas letras no son para ti, esto va dedicado a lo que ahora parecen ser dos bandos enfrentados, a los profesionales que ningunean al cliente neófito y los aficionados que parecen serlo sin dedicarse a ello y crucifican al que sabe menos que él, no señores, no tenemos por que saber todas estas cuestiones, para disfrutar de la gastronomía, solo se necesita eso, saber disfrutarla, lo demás sobra y ni tan siquiera para llevar.
Región vinícola australiana de Coonawarra
Dichosos aquellos que son capaces de disfrutar de las comidas más sencillas y no morir en el intento.
Gastronoming 27-08