Sabes que estás en el camino correcto cuando pierdes el interés por mirar atrás

Por Paulo Mesa @paucemeher

No estoy tan seguro de que pueda decir qué sea lo "correcto" o lo "incorrecto". Volvemos al tema de lo relativo. Igual, a casi nadie le importa eso. Todos últimamente estamos demasiado ocupados tratando de tener la razón, no sé para qué. Ahora mismo me pregunto si habiendo hecho lo que hice en verdad "tenía razón"; dependiendo de dónde se mire, probablemente sigue siendo, o una locura o un profundo acto de sensatez. Todo depende desde dónde se mire.

Lo único que sé por ahora, es que no miro con nostalgia ni un solo momento u objeto de los que dejé atrás; desde luego hay cosas que extrañamos: amigos, la casa de allá, salidas, lugares, la panadería de enfrente, restaurantes, ciclo-rutas, eventos. En general, el poco entretenimiento y los ratos agradables que dejamos atrás, pero nada más. Cuando me pregunto por lo que hacía, por todo lo que me ha pasado, por quién y en quiénes nos convertimos, creo que lo que estamos viviendo ahora es lo suficientemente genuino, conectado y simple, como para decir que no importa lo que quedó atrás. Lo pasado está ahí, ya vivido, ya recorrido, ya reflexionado, ya aprendido.

Hace exactamente cuatro meses la vida empezaba a ser otra, una sacudida tremenda, un volver a empezar, un absoluto punto de inflexión, el viaje sin retorno que sólo podía hacerse en medio de la más profunda convicción de estar haciendo "lo correcto". Ya no había discusión, no había espacio para mirar atrás, ya estábamos jugados. Luego llegaría la pregunta ¿Y qué sigue de acá en adelante? No lo sabemos. Lo único claro era la incomodidad de salir de lo cómodo y lo conocido y el costo de entrar en la zona de aprendizaje. Eran montañas que estábamos dispuestos a escalar.

Estos cuatro meses han sido un maremágnum... queríamos un cambio y se dio con todo. Jamás hubiéramos imaginado que sería como fue, pero estamos en paz y eso es lo que importa.

Inspiración

Conforme pasa el tiempo escucho muchas voces que luego de unos rodeos me confiesan que les encantaría hacer lo que yo hice. Que quisieran tener la valentía de actuar conforme a lo que consideran "correcto". Que les encantaría no tener miedo.

Hace poco leí algo que me llamó poderosamente la atención; decía más o menos esto: "esencialmente todos hacemos las cosas guiados por una buena razón, por lo que consideramos 'correcto' para nosotros mismos, así sea que lo que hagamos sea una "abominación" para el resto de la humanidad".

Por eso a esto de lo "correcto" no le creo mucho; para mucha gente que me rodea sigo estando loco, sigo generando mucho de qué hablar, mucho en qué pensar, muchas dudas. Yo mismo a veces patino, dudo, me devuelvo, pero cuando miro atrás digo ¡Hice lo correcto! ¡Lo hicimos! Hice lo que era correcto para mí, no para el libreto. Es incorrecto porque me salí del plan, hice lo inesperado, lo que la mayoría no haría.

Los caminos

Tal y como me lo vaticinó mucha gente ¡Y como yo mismo me negué a creerlo! Empezaron abrirse caminos, incluso en muchos lugares donde ni siquiera me lo imaginaba. Incluso se han abierto caminos que consideraba abandonados o que había olvidado y que ahora sería interesante retomar. Se me viene la imagen de esa pequeña trocha llena de maleza que en alguna época fue una limpia y rápida carreta asfaltada ¿Qué tal si recuperamos la vía?

El "problema" ahora es que son tantos y tan seductores los caminos, que tengo que tomar una decisión sobre cuáles son los que más me inspiran. ¿Cómo saberlo? ¿Cómo decir? ¿Cómo optar por lo que verdaderamente valga la pena para mí?

Muchas voces

A todos los que miran atrás para construir su futuro me gustaría dejarles mis lecciones finales. Es cierto que la vida de afuera es un reflejo de la vida como es adentro. Los pasos interiores que he dado me están ayudando a configurar una vida que sencillamente no era capaz de dimensionar.

También es cierto que el tiempo es una ilusión, que el único tiempo que hay es el ahora, que cuesta un tremendo esfuerzo entender eso en nuestro tiempo lineal y en nuestro lenguaje de pasado-presente-futuro, pero todo está ocurriendo ahora mismo: lo que pasó, lo que pasa y lo que pasará; mi presente es la consecuencia del pasado que viví y ocurre mientras construyo el nuevo presente (futuro).

El tiempo ahora pasa más tranquilo pero también más rápido. Los lunes ya no me atormentan. Ya no quiero escapar de mi vida, por el contrario, aprendo más de mí mismo ahora y más rápido de lo que lo hacía antes; hago muchísimas más cosas. Todo está ocurriendo asombrosamente rápido, cuando en realidad pensaba que iba a ser tremendamente lento.

Siento que voy por el camino correcto, no porque "tenga más" o porque esté seguro de que "tenga la razón". Voy en el camino correcto porque vivo la vida como la quería vivir, como necesitaba vivirla, como me importaba existir. Ha llegado el momento de empezar a dar de todo lo que tengo, de todo lo que me ocurre, a dar de verdad. Hoy empiezo.

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