Todos somos conscientes del escaso tiempo libre que hoy en día nos dejan nuestras obligaciones cotidianas. Pasamos gran parte del día trabajando o buscando trabajo, realizando las tareas domésticas, ocupándonos de nuestros hijos, comprando, preparando asuntos para los días posteriores… en definitiva moviéndonos y actuando en muchas ocasiones a una velocidad más rápida de la que nos gustaría.
Seguramente durante esta carrera a través de nuestra agenda también nos encontramos con momentos que podríamos considerar agradables: un café a media mañana, una llamada de un amigo, un gesto cariñoso de una compañera o un apasionante suceso en el libro que estamos leyendo durante nuestro trayecto en metro. Pero… ¡un momento! ¿De verdad ha estado sucediendo todo esto hoy? Es probable que nos preguntemos esto y que no tengamos una respuesta totalmente clara.
Es habitual que cuando hacemos muchas cosas y muy rápido o cuando solemos repetir las mismas rutinas cada día nos resulte difícil identificar estos momentos agradables. Pero sin ninguna duda la respuesta es ¡Sí! ¡Todo esto ha estado sucediendo hoy! Puede que estemos acostumbrados a verlo como un mero trámite entre obligaciones, o como algo que está ahí o sucede mientras nosotros “seguimos” con nuestras vidas. Y efectivamente, es algo que está ahí o sucede, pero nosotros tenemos el poder de “seguir” o de detenernos un breve instante.
Recientes investigaciones nos muestran la incidencia positiva a nivel emocional y en la valoración de nuestras vidas que tiene el disfrutar de estas pequeñas cosas en el momento presente. Parece algo sin importancia, pero se puede hacer la prueba. Saborea el café que te tomes mañana, fíjate en como los árboles que están de camino a tu casa están cambiando, disfruta el halago de tu amiga cuando te diga lo guapa que estás hoy, recréate con una ducha tras un duro día, canta tu canción favorita cuando suene en la radio…
Todo esto y muchas cosas agradables más nos suceden día tras día, y si las hacemos conscientes prestándolas atención unos segundos o minutos cuando están ocurriendo, seguramente hagamos un balance más positivo del día cuando este termine y seamos un poquito más felices. Además, estaremos creando recuerdos positivos que en un futuro nos evocarán emociones agradables. Al principio puede resultar difícil prestar tanta atención a cosas que estamos acostumbrados a que sucedan, pero podemos aprender a disfrutar de las pequeñas cosas a través de nuestros sentidos. ¡Haz la prueba esta semana!