Sacar partido de las normativas en las reformas de cocinas

Por Luissantalla

En el artículo de hoy hablaremos de cómo el cumplimiento de la normativa no afectará al buen diseño ni a los acabados de tu cocina, y por tanto en el precio de una cocina nueva, simplemente debes de saber elegir y para ello hablaremos de las normativas habituales (aunque cada comunidad tiene las suyas, debes de estar al corriente de esto…) y de cómo sacarle partido a un buen diseño y a la propia construcción y reforma de la cocina.

En primer lugar vamos a establecer cuales son los tipos de normativa que nos afectan. Por un lado tenemos las normas relacionadas con el propio espacio de la cocina: superficies mínimas, distancias entre paramentos, altura libre, resbaladicidad de los suelos… Por otro lado tenemos la normativa del ambiente interior, relacionada con la ventilación y con la extracción, además de la normativa de los propios electrodomésticos.

En el último apartado de este artículo te descubro una clave importante sobre qué debes de tener en cuenta en un cambio de uso de local a vivienda, ya que debes de saber que se trata de un caso en el que debes de cumplir las exigencias de vivienda nueva.

La normativa en el ámbito de la cocina

En el caso de la normativa Española, el Código Técnico de la Edificación no plantea dimensiones mínimas del espacio de la cocina doméstica ni industrial. Son las comunidades autónomas las que establecen con sus normas de habitabilidad las condiciones de los espacios de cocina, bien formando en si misma una estancia única (que en mi comunidad exige un mínimo de superficie en función del número de estancias) , o estando formando parte con el salón y el comedor.

En cualquier caso los acabados de suelo deben de tener una resbaladicidad adecuada a ambientes húmedos, así como las superficies en posible contacto con salpicaduras, que deben de ser fácilmente limpiables e impermeables.

Como norma general, dentro de Galicia, se establece un mínimo de distancia entre paramentos de 1,80 m, dejando un espacio mínimo entre la meseta y cualquier elemento de 90 cm. La longitud mínima del mesado (puede incluir el fregadero y la cocina pero no el frigorífico) de 3 m, pudiendo dividirse en en dos o más superficies.

Debes de esar atento a las exigencias de la normativa de habitabilidad de tu comunidad.

La normativa en las instalaciones de la cocina

Lo principal en la cocina es el punto de fuego y la extracción forzada y la ventilación natural. En este caso dependemos del RITE y del Código Técnico de la Edificación, en su Parte I (obligatorio) y en el DB HS 3 (recomendado).

Por una parte nos va a obligar a que en los edificios haya medios para ventilar y eliminar la contaminación y por otra parte nos va a dar las indicaciones de cómo hacer esta ventilación. Así por ejemplo en el articulo 2 del HS 3 nos indica en su punto 4 que en la zona de cocción de las cocinas debe disponerse un sistema que permita extraer los contaminantes que se producen durante su uso (caudal mínimo de 50 l/s).

Debemos de tener también en cuenta el RITE y sus Instrucciones técnicas complementarias. En nuestro caso ITE 02.14, ITE 03.11 O ITE 09.3.09.3 Chimeneas y conductos de humos.

Observaremos también el Reglamento de Instalaciones de Gas en Locales destinados a usos Domésticos, Colectivos o Comerciales (RIGLO).

Cocinas en un cambio de uso

Como introduje líneas arriba, cuando se realiza un cambio de uso debemos de tener en cuenta las restricciones y normativas propias de una vivienda nueva. Por tanto debes de cumplir con todas las normativas mencionadas arriba, o las propias de tu comunidad.

Debes de poder disponer de salida de humos a cubierta, bien por un patinillo o shunt del edificio, por el patio del edificio, pero en cualquier caso a cubierta. Las nuevas cocinas con filtros son una solución alternativa, que la norma por el momento no contempla, pero pueden ser una forma de justificar la no instalación de la extracción a cubierta.

vivienda en O Pinar – Flu-or Arquitectura

En cuanto a las restricciones dimensionales, debes de comprender que están realizadas pensando en mínimos para la habitabilidad y que por tanto no deben de considerarse medidas holgadas, o que estamos derrochando espacio.