Sacco, Alaoui & Geiger: la unión hace la fuerza

Por Civale3000

Las inauguraciones, muchas veces, vienen acompañadas de acontecimientos ajenos pero que de algún modo impactan en su propuesta original y las resignifican. Podría tratarse de una coyuntura política o social determinada, o de algún acontecimiento que hace tambalear al circuito artístico. En este caso, la apertura de la triple muestra del Centro de Arte Contemporáneo de Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (MUNTREF) está atravesada por dos hechos imposibles de ignorar: por un lado, el fallecimiento de la artista rosarina Graciela Sacco (ocurrido en noviembre del año pasado) y por el otro, el paro internacional de mujeres con sus respectivas manifestaciones. Junto a Sacco exponen la brasilera Anna Bella Geiger y la franco- marroquí Leila Alaoui. Las tres artistas, a su manera, tienen cosas importantes que decirle al mundo, y juntas siempre es mejor. La mirada femenina, presente de manera contundente, no es una mirada pasiva, indulgente o sumisa, sino que, sin perder el tono poético y estético, aborda con fuerza categórica cuestiones políticas universales.

SACCO

Desde las escaleras que acceden al tercer piso del Ex Hotel de Inmigrantes, unos ojos (“Entre nosotros”) nos interpelan. Su mirada colectiva y anónima nos prepara para un recorrido que intenta poner en palabras –en preguntas- conflictos en torno a lo público, al poder de la voz multiplicada, al enfrentamiento social, al rol de la mujer y a la memoria colectiva.

Preguntas es el título de una muestra que funciona a modo de homenaje. Fernando Farina y Diana Wechsler, curadores y amigos personales de Graciela, tomaron como punto de partida aquella retrospectiva del 2014 llamada Nada está donde se cree y realizada en el mismo espacio. El acento, en este caso, estuvo puesto en la reflexión de sus obras a modo de interpelaciones que operan sobre el espectador una y otra vez y que lo enfrentan a sus propias ambigüedades y paradojas. Éstas quedan visibilizadas ya desde algunos títulos, como es el caso de “Cualquier salida puede ser un encierro”, instalación que consiste en el pasaje por un puente que atraviesa un cielo y un mar y que se presenta a su vez liberador, amenazante e infinito. No solo de ambigüedades se trata, sino de sostenerlas en el tiempo y que se re signifiquen infinitamente. Muchos de estos trabajos, originalmente plasmados en espacios públicos como intervenciones urbanas, se re contextualizan, y según palabras del propio Farina “operan en un presente continuo”, dado que su poder trasciende la propia época.

Paso a paso las obras nos preguntan, nos intiman, nos incomodan. Tal es así el caso de uno de sus últimos trabajos, inédito hasta el momento: la reactualización de la “Maja Anunciada”, una serie creada a principios de la década de los 90. En su nueva versión/visión, la Maja se presenta como un tríptico en el que una mujer con alas, vista desde una perspectiva similar a la famosa pintura de Gustav Courbet, da luz a un arma que nos apunta, intimidante. Otra de sus piezas emblemáticas de la serie “El combate perpetuo” también nos amenaza, en cuanto ese hombre proyectado por la luz y fragmentado es detenido en ese instante en el que por arroja un objeto hacia el espacio exterior, hacia donde habita el espectador pasivo que Sacco intenta una y otra vez sacudir ante la violencia latente. El recorrido continúa con un conjunto de bocas (“Bocanada”) que grita en silencio algo que nos involucra, algo de lo que tenemos que hacernos cargo. Así también, en la obra “Cuerpo a cuerpo”, una joven Sacco apunta hacia nosotros su cámara, gesto que guarda toda su potencia como el dedo apoyado en el gatillo.

La mirada sostenida se dirige siempre hacia el afuera. Es directa, no da vueltas. Y a pesar de eso, el gesto nunca pierde su poesía y delicadeza. Estas cualidades surgen de las transparencias, de la apariencia fantasmal, de la traslucidez de su estética. La obra se sostiene en ese punto de encuentro entre la franqueza de su interrogación y la sutileza de sus materialidades. Se ampara en un lugar que es íntimo y público a la vez, lugar en donde la política entendida como expresión de lucha se transforma en una expresión artística.

ALAOUI

Leila Aloui, quien falleciera hace algo más dos años en un atentado terrorista en Burkina Faso, ya había sido invitada por Muntref para la muestra Migraciones (en el) arte contemporáneo (2015). Siempre aferrada a problemáticas tan actuales como las del mundo árabe o los derechos de la mujer, Aloui aborda en este caso el relato de la experiencia, por parte de otros, sobre el migrar y todo lo que ello implica. Dentro de ese gran concepto que es la migración, entran otros: fronteras, identidad, lenguaje y pertenencia. La artista utiliza la fotografía y el video para adentrarnos en un universo en donde estos inmensos y precipitados oleajes migratorios forman cicatrices en el cuerpo y en el alma de aquellos que lo sufren. Los relatos expresan la fragilidad de los que se aventuran a la travesía con todo el temor y la esperanza a cuestas.

“Crossings” está compuesto de imágenes de carreteras desoladas y oscuras, de inmensas dunas, de frondosos árboles que tocan el cielo, del infinito y amenazante mar. Son paisajes proyectados en una pantalla fragmentada en tres partes, en un intento acertado de representar un recorrido colmado de dificultades. Los sonidos del silencio, de los motores, de los pasos, de los niños llorando ante la oscuridad y el desamparo, son intercalados con los cuerpos y miradas de aquellos que vivieron la odisea y que aparecen y se funden en el negro profundo de la pantalla, o de lo desconocido y peligroso.

El video es acompañado además por un conjunto de retratos de los protagonistas de esta historia. Personas anónimas e invisibles en el mundo actual, que suelen ser representados como una gran masa que genera miedo, rechazo, incomodidad y culpa frente a quienes tenemos un hogar. Alaoiu, con su lente, los saca del anonimato y muestra con toda su integridad los rostros y cuerpos que cargan con las marcas del exilio.

GEIGER

Artista conceptual y prolífica, Geiger ha indagado continuamente en diversos soportes y materialidades para reflexionar sobre las fronteras. En esta ocasión, Geografía física y humana presenta 75 piezas que incluyen fotografías, videos, collages, cuadernos de artista e instalaciones y que dan cuenta de un universo creativo siempre inspirado en la geografía como herramienta conceptual y material. Sus mapas son el resultado de una historia que Geiger desmonta y reconstruye a partir de su propia concepción sobre las fronteras, siempre desde la ironía y el humor como herramientas reflexivas. Este juego de desarmar y rearmar el mundo es una batalla artística por quebrar la mano dura de la creación del hombre poderoso y avasallante. Es una manera de repensar el relato hegemónico de la historia a partir de la representación utópica de otras realidades posibles.

En sus mapas, así como en la naturaleza, conviven fauna, flora, hombres y mujeres. Esos trazos, históricamente inanimados, cobran vida en sus collages. Ecuaciones y variaciones de los territorios son una recreación de un universo en potencia. Geiger aborda estas cuestiones a partir de la repetición y la serialidad, en un intento de anular el discurso único y reemplazarlo por múltiples voces que habitan el gran atlas. Las políticas coloniales, los discursos de poder y los estereotipos culturales son conceptos puestos en jaque una y otra vez. El corpus de Geiger no es vasto solo por su volumen, sino por su temática casi inabarcable. Habla del ser, de la compasión por el hombre como una cuestión política e ideológica; su herramienta es la reinvención constante de la representación del mundo. Como lo define su curadora Estrella de Diego, su obra es poética, y a la vez política. Ninguna cualidad podría funcionar sin la otra.

Hay una fluidez en el recorrido, una conexión evidente. Las obras, aunque dispares en su materialidad y su abordaje, se potencian en un continuo intercambio. Son abiertas y permeables porque fueron realizadas por mujeres así. Mujeres que intentan esbozar algunas ideas sobre cuestiones sociales y políticas desde un lugar personal e introspectivo, pero que a su vez no se cierran sobre si mismas. Quizás sea la coyuntura o el contexto, lo cierto es que esas problemáticas actuales y palpables se evidencian imagen tras imagen y se potencian en el diálogo y en la subjetividad de sus miradas. La crudeza y urgencia de los temas son atravesados por una sensibilidad propia de artistas que han combatido, -y sus obras lo siguen haciendo-, por un mundo más sensible y comprometido.