A la vez que las distribuidoras cinematográficas estrenan películas infantiles, ayuntamientos y asociaciones organizan salones de la infancia con atracciones, juegos y otras actividades lúdicas para entretenimiento y solaz de los mas pequeños. En España se cierra el periodo festivo con las cabalgatas de los Reyes Magos, manifestaciones multitudinarias y espectaculares que anuncian los regalos de la mañana siguiente.
Organizaciones religiosas aprovechan la estación para celebrar actividades públicas en exaltación de la familia como ámbito y encuadre social básico. De alguna forma substituyen celebraciones litúgicas que cada vez tienen menos predicamento o participación. En cualquier caso, toda promoción de la familia que incluye lógicamente a los niños sea bienvenida, excepto cuando incide en sectarismos o exclusiones.
Para los que, por dedicación, los niños son nuestro motivo de festejo cotidiano nos gustaría que unas y otras manifestaciones tuviesen una aplicación de mayor resposabilidad y sensibilidad que se extendieran durante todo el año. Que conviertan a los niños en la prioridad primera en todos los ámbitos de la vida social. Que no se tomen decisones sin tener en cuenta cómo y de que manera pueden afectar a los niños. A los niños por si mismo y no como propiedad privada de unos u otros.
El año que ahora termina no se ha distinguido por que la protección de los niños y sus derechos haya progresado mucho. Seguimos viendo niños víctimas de abusos, negligencias o incluso asesinatos. Y, además, hemos visto algunas decisiones políticas que directamente afectaran negativamente a la población infantil, como son los recortes presupuestarios en los ámbitos sociales y la malhadada ley de educación del actual gobierno.
Confiemos que el nuevo año ponga algún remedio a estos desafueros y que unos y otros los veamos en paz y salud.
X. Allué (Editor)