Y en segundo lugar porque, cuando ya la tenía preparada, recibí una invitación de Tito, nuestro salsero mayor en Las salsas de la vida, ¡para ser salsera invitada! ¿EN SEERIOOOOOOOOOO? UOOOOOOOOOOO ¡madre mía, que honor! ¡mi salsa entre l@s elegid@s! ¡yupiiiiiiiiiiii! Me lo he pasado bomba contestando a las preguntas de Tito que, si no le conocéis, es de lo más divertido así que, si queréis ver la entrevista completa, pinchad aquí.
Bueno, pues después de tanto famoseo volvamos a la receta que, además, es la nº 301 oleeeeeeeeeeeeee. Lo más complicado, si es que tiene algo de complicado, es encontrar el punto justo de picante. Aquí depende de cada uno, a mi no me gusta demasiado porque dejo de apreciar los sabores, pero es cuestión de probar. La receta original lleva vodka pero como tengo un fabuloso vermut casero en casa, mi receta lleva vermut en lugar de vodka...¡riquísimo! También he utilizado champiñones marrones (aquí en Holanda se llaman "castaña" y son muy comunes) pero podéis utilizar los blancos si no los encontráis.
¡Vamos allá!
Ingredientes: 225 g champiñones marrones; 2 cebollas; 1/2 pimiento rojo; 1/2 pimiento amarillo; 1 diente ajo; 1 vasito (de chupito) de vermut; 1 cucharadita guindilla molida; 1 cucharadita pimentón dulce; 1 dado caldo carne; 240 g salsa de tomate; 1 cucharadita azúcar; 1 chorrito generoso de nata líquida; aceite.
Preparación: Pelar y picar la cebolla y el ajo en el robot. Limpiar los pimientos de semillas y picarlos también en el robot. Cortar los champiñones limpios en rodajas finas.
En una sartén cubrir ligeramente el fondo con aceite y sofreír a fuego suave la cebolla, el ajo y el pimiento durante 10 minutos. Añadir los champiñones, mezclar los ingredientes y dejar cocinar a fuego suave tapado durante 30 minutos (remover de cuando en cuando).
Añadir el vasito de vermut por encima y dejar cocinar hasta evaporar el alcohol (unos 10 minutos). Deshacer el dado de caldo por encima, añadir la guindilla y el pimentón, añadir la salsa de tomate y rectificar la acidez con el azúcar. Si es necesario rectificar el punto de sal. Dejar cocinar a fuego suave tapado durante 15 minutos. Si os gusta más picante podéis ir añadiendo más guindilla.
Apagar el fuego, añadir la nata y mezclar bien. Dejar reposar unos minutos.
Es una salsa ideal para carnes pero también podéis usarla con pasta o acompañada de verduras y arroz. Además, podéis hacerla en cantidad y congelarla sin problemas.