Quienes han leído este título, se preguntarán ¿Qué tienen estos dos conceptos, tan distintos ellos entre sí, en común como para encabezar el título de un artículo en un blog de salud? Pues, nosotros les respondemos que mucho. En este artículo, expondremos algunas breves reflexiones personales, acerca de una postura de vida que poco a poco se extiende a través de los países del mundo, ejerciendo gran influencia en sus poblaciones, a través de hábitos de vida: la vida saludable.
Generalmente, cuando padecemos alguna enfermedad o cualquier afección médica, tendemos a preocuparnos, naturalmente, por nuestra salud. Sin embargo, muchas veces nos olvidamos de nuestro entorno, descuidándolo. Debemos comprender que el medio en el que vivimos, forma parte, también, de nuestra salud. Este medio nos ha moldeado, nos ha dado forma y, a la vez, nos determina a ser quienes somos. En occidente, las personas suelen olvidarse de estos hechos, pasándolos por alto, y sólo preocupándose por su bienestar, a través de hábitos egoístas.
La recuperación de una persona con un problema médico, no sólo involucra procesos médicos, sino también algunos procesos naturales. Sentirse a gusto y comprometido con el medio ambiente en el que uno convive, es un interesante e importante paso en la recuperación de un individuo.
Progresivamente, en muchos países, las personas han empezado a ser conscientes cómo, a través e hábitos saludables, se puede alcanzar una mayor calidad de vida. Vivimos un proceso de transformación social, en el que las personas están volviendo a descubrir su esencia para, luego, transformarse individualmente.
Por último, decimos que si no cuidamos el medio ambiente, nuestro entorno, también ocasionaremos algunas repercusiones negativas para con nuestra salud y bienestar, no sólo desde un punto de vista estético, sino también sanitario.
Los invitamos a participar de estas reflexiones, y a ampliar los pensamientos expuestos en este artículo.