Los problemas van mucho más allá de un coche poco competitivo. Según ha informado Autosport, el equipo dirigido por Monisha Kaltenborn no había pagado las mensualidades correspondientes a los meses de febrero y marzo a sus empleados. Ante la posibilidad de que la participación del equipo en China estuviese en peligro, esta situación habría sido solventada esta misma semana gracias a los apoyos financieros de Marcus Ericsson, que habrían proporcionado a la estructura de Hinwil un adelanto para poder pagar los sueldos que se adeudaban.
La propia Kaltenborn trabaja a destajo para garantizar la supervivencia del equipo, y ha mantenido numerosas conversaciones y negociaciones, las cuales le impidieron estar presente en Bahrein la semana pasada. Es sabido que, en las últimas semanas, han emergido informaciones que apuntaban a la posibilidad de que Ferrari optase por adquirir la estructura de Sauber y renombrarla como Alfa Romeo, dentro de sus planes para recuperar la herencia de competición de la marca, conservando la base en Hinwil. Por el momento, las dos partes han evitado pronunciarse al respecto.
Por desgracia para Sauber, pocas opciones quedan para garantizar su independencia y existencia en la nueva Fórmula 1 de 2017. Por lo pronto, el equipo estará en el próximo Gran Premio, habiendo enviado ya gran parte de su equipamiento a China, y se espera que puedan completar la parte europea del calendario sin grandes impedimentos, pero el yugo económico empieza a apretar a un equipo que pasa uno de los momentos más delicados de sus 24 temporadas en la máxima categoría y que, a no ser que obtenga más ingresos de patrocinio, afronta un futuro negro a corto plazo.