Es un patrón muy sencillo, pero hace un efecto óptico de escalera que queda súper resultón.
Nunca había tenido cuatro labores en marcha, a la vez. Cuatro bolsas de labor a mi vera llamando a mis manos inquietas, nunca. Pero se acumulan las ideas, las ganas, las necesidades... Sí, al final nuestras labores se nos vuelven necesidades. Sigo con ellas, a la vez, y mientras las voy terminando aún puedo enseñaros labores finiquitadas durante el verano. Tuve ansias de tejer calcetines, ¡cómo no! Y el 46 de mi casa me pidió soluciones para el próximo invierno, así que me puse manos a la obra en pleno julio. Escogí los Scalator Socks con el patrón traducido por Irene de Things to knit en su reto de 2014. Un esquema muy bien explicado y con un dibujo estupendo, para esos hombres que prefieren no lucir calados.
Es un patrón muy sencillo, pero hace un efecto óptico de escalera que queda súper resultón. La lana no es especial para calcetines, pero como son exclusivos para estar en casa, no problem! Pedí especialmente esta madeja tweed (ya sabéis de mi debilidad). Es la misma que la de mi cuello London Confetti, ¿recordáis? La Robin Fx Dk. Hice el pedido en Loveknitting y la escogí en este color azul marino.No será apta para muchos inviernos, vaticino que no soportarán muchos lavados, pero ha quedado un colorido tan bonito que duren lo que duren estará compensado. Ya veis, calcetines a tutiplén. Y es que es la labor que tejo más relajada, con la que más disfruto, la que mayor satisfacción me da. Por eso, entre labor y labor, siempre hay sitio para ellos. Para sentirme bien, para saber que esos serán mejores que los anteriores, siempre. Espero el mes que viene poder enseñaros, al menos, una de las labores que me tienen en danza estas semanas. Peleándome ando, pero ya sabéis, el curso, las rutinas, el cansancio... hacen de las suyas y el ritmo de tejido aminora, aunque no lo creáis los que me conocéis, Esther también para.
Es un patrón muy sencillo, pero hace un efecto óptico de escalera que queda súper resultón.