Egon Schiele y Jean-Michel Basquiat son room mates en París. Uno convulsionó Viena a comienzos del SXX, el otro lo hizo en la década del 80, casi a finales de ese mismo siglo.
La Fundación Louis Vuitton inauguró al mismo tiempo dos exposiciones dedicadas a estos artistas que poco tienen que ver entre sí, si no fuera porque ambos compartieron un inconformismo con el mundo en el que vivieron, pintaron con profusión “rabiosa” y murieron jóvenes.
Egon Schiele_The_Blind_Woman_1911
Cada uno a su manera, su eclosión en el universo del arte supuso un fogonazo creativo intenso que dejó una huella profunda analizada en dos muestras paralelas en el imponente edificio levantado por Frank Gehry.
Apenas duró un decenio, en cada uno de los casos, porque la muerte les sorprendió jóvenes, 28 años en el caso del austríaco, 27 en el del estadounidense con sangre haitiana y puertorriqueña, pero en ambos casos fue un periodo suficiente para legar una ingente obra pictórica.
No resultó fácil para los conservadores de la Vuitton reunir un centenar de piezas de cada uno, según reconoció el encargado artístico de la Fundación, Jean-Paul Claviere. Schiele, en plena celebración del centenario de su muerte, tiene sus principales cuadros colgados en retrospectivas por todo el mundo, sobre todo en Viena.
Basquiat, convertido en un referente de las subastas de arte, permanece mayoritariamente en manos privadas, por lo que la muestra reposa en las obras de Arnault y en la generosidad de otros coleccionistas, que han prestado obras en muchos casos nunca antes expuestas al público, según la conservadora general, Suzanne Pagé.
Egon Schiele_Standing_Female_Nude_with_Blue_Cloth
Con esos dos nombres, por motivos diferentes, la Vuitton espera amasar un gran número de visitantes atraídos por la polémica y la curiosidad que despiertan ambos inconformistas.
“La obras de estos dos artistas extraordinarios se caracteriza por su extrema intensidad, su energía, su detallismo”, señala el comisario, Dieter Buchhart, que agrega que ambos permanecieron fieles a la figuración y estuvieron bajo la influjo de grandes artistas como Gustav Klimt, en el caso del austríaco, o de Andy Warhol, para el estadounidense.
Ambos, añade, buscaron en el arte una válvula de escape para mostrar su desesperación vital, de origen diferente, pero igualmente profunda.
Basquiat_Brett_as_a_Negro_1982_
Schiele (1890-1918) rompió con el academicismo que imperaba en la Viena del imperio Austro-Húngaro de principios de siglo, un periodo en el que eclosionaba el psicoanálisis de Freud, y la exposición recorre el reflejo que en sus pinceladas tuvieron sus preocupaciones, la demencia de su padre, su breve encarcelamiento, la Primera Guerra Mundial o la cercanía de la muerte.
Una trayectoria marcada por obsesiones profundas, por una cierta mirada de la sexualidad a través de una introspección implacable que se tradujo en la crudeza de sus dibujos, que escandalizaron en la época y siguen haciéndolo hoy, como pone de manifiesto el veto que en algunas ciudades han tenido los carteles de su retrospectiva vienesa.
Basquiat (1960-1988) también se reveló contra la corriente imperante en los años 80, cuando se declaró muerta la pintura figurativa y él, profundo conocedor del arte pese a que nunca pisó una escuela, decidió revitalizarlo.
Basquiat_Napoleonic_Stereotype
Primero en los grafitis callejeros y luego en cualquier soporte, papeles, telas, puertas, maderas,… Su muestra se abre con tres cabezas gigantes, entre ellas la que el multimillonario japonés Yusaku Maezawa acaba de adquirir por 110,5 millones de dólares, lo que hizo entrar al neoyorquino en el club de los 100 millones.
Si Schiele rompió con una idea academicista del arte, Basquiat lo globalizó, integró formatos y conceptos, lo relacionó con la música y otras disciplinas hasta el punto de que Pagé le considera “el primer artista global”.
“Se hizo eco de la aceleración de los intercambios culturales planetarios” en armonía con la trepidante vida de su Nueva York natal, señala la conservadora que lo considera “un precursor del siglo XXI, un profeta de la era de internet”.
Fuente: EFE
Fotografías: gentileza Fundación Louis Vuitton
PH de portada: Basquiat Negro Period, 1986