Existe una serie de indicadores que ya deben hacer considerar la existencia de dificultades en la alimentación:
- La persona se niega a comer o beber
- Se evitan ciertos alimentos
- Necesidad de comer con cuidado
- Miedo a comer solo
- Picos febriles de origen desconocido
- Neumonías recidivantes (infecciones respiratorias de repetición)
- Pérdida de peso; pérdida de masa muscular
- Dificultad para acabar la comida en un tiempo razonable (30min.)
- Carraspeo y/o tos frecuente (o continuo) durante la ingesta
- Frecuentes atragantamientos
- Atragantamientos con determinadas consistencias
- Voz húmeda y débil; tos húmeda
- Babeo
- Boca abierta
- Necesidad de fragmentar el bolo y de tragarlo en varios intentos
- Restos de comida en la boca (en lengua, paladar, encías) después de tragar
- Regurgitación de alimento a la boca o hacia la nariz; salida por el traqueostoma
- Molestias o dolor al tragar
- Sensación de obstrucción en la garganta