Desde 1500, más de 320 vertebrados terrestres se han extinguido. Las poblaciones de las especies restantes se han reducido en promedio un 25%, una situación preocupante que también comparte la vida invertebrada. Mientras que las extinciones masivas pasadas fueron provocadas por transformaciones planetarias o impactos de meteoritos, la que se desenvuelve actualmente ha sido causada por la actividad humana.
Se estima que entre el 16% y 33% de todas las especies en el mundo se encuentran en peligro de extinción. Frente al crítico panorama actual, el líder del estudio y profesor de biología Rodolfo Dirzo, de la Universidad de Stanford, ha acuñado el término ¿Defaunación en el antropoceno?.
La megafauna, conformada por los animales más grandes como elefantes, rinocerontes y osos polares, presentan el mayor ritmo de declive, una tendencia similar a las extinciones masivas previas. Estas especies, al dar a luz a pocas crías a la vez, tienden a tener menores índices de crecimiento poblacional. Además, requieren de grandes áreas y su gran masa los vuelve blancos fáciles para el ser humano.
Más preocupante aún, es el hecho de que la población humana se ha duplicado en los últimos 35 años y no muestra signos de desaceleración en su crecimiento. Durante el mismo periodo, el número de animales invertebrados como mariposas y escarabajos ha disminuido en un 45%, lo que podría tener graves repercusiones en nuestra vida diaria. Ejemplo de ello es la pérdida de las abejas debido al uso de pesticidas, repercutiendo en la agricultura a nivel mundial.
Hallar una solución a esta problemática no será fácil, de acuerdo con Dirzo. No obstante, podemos empezar reduciendo la sobreexplotación del medio ambiente y la destrucción de ecosistemas. El experto espera que una mayor conciencia sobre la extinción de las especies (no sólo las más populares) ayude a desencadenar un cambio positivo.
Los resultados del estudio han sido publicados en la revista Science.