Ayer por la tarde, en su restaurante de
Singapur denominado "Santi", apelativo cariñoso por el que era conocido, y que indica la cercanía de que era capaz. Murió, con 53 años, el cocinero de la polémica y por supuesto del rigor gastronómico y del éxito.Siete estrellas
Michelin ostentaba, sumando todas las de sus restaurantes, lo que demuestra la capacidad y el prestigio del desaparecido chef.El prestigioso pastelero Paco Torreblanca, ha manifestado esta mañana: "se va, se nos va, uno de los grandes cocineros de este país", lo que indica la cercanía con el mundo de la pastelería y el pan, a lo largo de su vida.La declaración de su hija, Regina Santamaría Serra, sobre su padre, cuando le escuchaba decir: "para ser chef, primero tienes que ser persona", sirva de ejemplar epitafio y sincero homenaje del autor de este
blog.(Foto tomada de spanskespanol)