Sé un visionario y supera tus límites

Por Andrés Cuevas Mesa @acuevascoach

¿Cuál es tu visión de lo humanamente posible? ¿Qué referencias sustentan tu enfoque acerca de las posibilidades que esta existencia tiene para ofrecerte? ¿Crees en la responsabilidad personal que posees para controlar y dirigir tu vida? Dependiendo del sentido y la respuesta que tengan para ti cada una de estas preguntas, tu vida alcanzará la grandeza o se quedará anclada en la mediocridad con la que funciona la mayoría.

La palabra “límite” tiene una poderosa connotación en nuestra psique. Desde que tenemos uso de razón se ha reducido y encorsetado nuestro potencial. Nuestros padres con la mejor intención pero con escasa conciencia imponían límites y moldeaban nuestras visiones desde muy temprana edad para inculcarnos su modelo del mundo. Fruto de esto, empezamos a cargar con un bagaje prestado y no indagado por nosotros mismos.  El entendimiento de las circunstancias que operaban dentro de la realidad, venía pautado y reglado por lo que otros decían, y no por lo que nuestra intuición susurraba y anhelaba alcanzar. Empezamos a acallar nuestra cristalina voz interior en detrimento de nuestro limitado enfoque sobre la realidad y sus posibilidades.

Las convenciones son una lacra que mina nuestra capacidad interior para aspirar a la grandeza. Son una cortapisa que instaura un lema que reza: “Solo puedes pensar y jugar en pequeño”. No es de extrañar que las personas que integran nuestra sociedad en general, no busquen estándares de excelencia y se conformen con vivir en un “rango amplio de comodidad” (material y emocional fundamentalmente). Sin embargo, ¿podemos decir que este modelo de vida satisface la verdadera plenitud y realización humanas? Nada más lejos de la realidad. La plenitud y satisfacción en la vida solo pueden venir cuando nos alineamos de manera inquebrantable con nuestra pasión, traspasando los límites y dedicando todos nuestros esfuerzos y recursos en pos de lograr nuestro objetivo más profundo. Nacimos para ser grandes, en nuestro ADN está impreso el anhelo incorruptible en el ser humano de progresar, crecer y evolucionar. Simplemente, se ha apagado nuestra llama, nos hemos desconectado de nuestra verdadera esencia ilimitada y capacitada. Nos han amarrado las alas, pero recordemos una cosa, siguen intactas esperando a ser liberadas para empezar a volar alto.

Los límites no son más que convenciones que tarde o temprano serán superados por nuevas visiones que tengan en cuenta la excelsa naturaleza humana. Pensemos en toda la tecnología que disponemos hoy en día, hace 20 años hubiera sido absolutamente impensable poder siquiera vislumbrar la posibilidad de tener la mitad de las opciones y comodidades que tenemos hoy. ¿Y cuál es la razón de este progreso exponencial? La razón subyace en la “mentalidad del visionario”. El visionario es aquel que busca oportunidades en donde los demás solo ven fracasos. Se caracteriza por engendrar ideas y posibilidades sin importar el contexto que pueda tener a su alrededor, él simplemente visualiza con enorme poder y eficacia la situación que desea crear, y la lleva a buen término sin importar los obstáculos que pueda tener por delante. Sus características principales son la tenacidad, la persistencia y la creatividad.

Tenemos que negarnos a aceptar cualquier cosa que conlleve mediocridad, y adoptar en nuestro día a día una filosofía de indagación y creatividad continuas. Para ello es fundamental “alejarse del rebaño” y de todo aquello que nos conduzca al camino más trillado y fácil. El camino fácil puede ser una señal de comodidad y placer, pero nunca será un símbolo de crecimiento y plenitud. Los verdaderos líderes son personas que asumen totalmente la responsabilidad de crear resultados magníficos, y se ven en total disposición y sintonía de poder conseguirlos. Estas personas aplican de manera sistemática cinco principios irrenunciables:

1.  La metodología KAIZEN

Este fue el principio vertebrador del Japón de los años 50, desde la cual subieron enormemente los estándares de calidad empresarial y personal. Esta palabra se podría traducir como “mejora constante, interminable y perpetua”. Aquel que supera sus límites es alguien totalmente comprometido con mejorar, crecer y rendir al máximo en cualquier circunstancia.

2. Creatividad e innovación

Los líderes excelentes son personas que siempre intentan crear nuevas perspectivas que produzcan un aporte significativo en su vida personal y colectiva. Su pensamiento promotor consiste en elevar los estándares de pensamiento y acción, para así lograr refundar la concepción de lo posible.

3. Practican el autoconocimiento y la indagación

Los visionarios son personas que no se rigen por ningún tipo de dogma ni autoridad. Son personas altamente conscientes que practican el autodescubrimiento personal siendo fieles a su intuición de manera sincera. La honestidad y el verdadero afán de crecer, descubrir y contribuir son las bases de su visión.

4. Aman los desafíos y retos

Las personas que superan sus límites son seres humanos abiertos a los desafíos y retos. El desafío para ellos constituye una oportunidad inmejorable para salir de los parámetros convencionales y descubrir nuevas formas de añadir valor a lo que hacen. Los retos son la semilla que producirá innumerables éxitos futuros, siempre y cuando se asuman con valentía, entereza y positividad.

5. Asumen la responsabilidad de sus actos

Aquellos que ejercen el liderazgo y la excelencia de manera efectiva asumen de manera total la responsabilidad de lo que piensan, dicen y hacen. No achacan nunca sus problemas a terceros, y creen rotundamente que ellos tienen la capacidad de dar forma a sus ideas, así como de crear sus resultados y destinos.

Sé alguien que esté plenamente decidido a traspasar y erradicar sus límites. Niégate a tener cualquier actitud que te ate a las cadenas de lo cotidiano y mediocre. Deja constancia y huella con tus más altos pensamientos acerca de lo posible. Ten la valentía de seguir tu intuición y dejar a un lado la “comodidad” que te brinda pensar como la mayoría. Sé el abanderado de una nueva visión que produzca una revolución en tu entorno y en el mundo. ¿A qué esperas para dejar constancia de tu idea más grandiosa?

“Todas las fronteras son convenciones que esperan ser superadas”.

- Ben Wishhaw

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