Sean Scully. Emoción geométrica

Por Lparmino @lparmino

Doric. Sean Scully. Del 26 de julio al 28 de octubre de 2012
IVAM, Valencia - Fotografía: Luis Pérez Armiño

Ferrán Bono relataba la crónica de una curiosa anécdota relacionada con el pintor estadounidense aunque de origen irlandés, Sean Scully, durante un coloquio sobre arte abstracto celebrado en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). La edición impresa del 13 de marzo de 2002 del diario El País recogía la pregunta de un guía al artista para tratar de saber cómo explicar cualquiera de sus cuadros a un niño. Scully respondió en un perfecto castellano que a los niños les resultaba muy sencillo hacer una interpretación ya que ellos “…se relacionan directa y fácilmente con su obra… una raya aquí, otra allá”. Sin embargo, esa respuesta peca de un simplismo que se encuentra totalmente ausente de toda la producción artística de Scully. Precisamente, su obra ofrece un meditado trabajo intelectual que encuentra su único método de expresión en un concienzudo método pictórico que brinda una versión personalista y fuertemente emocional en cada uno de sus trabajos. Diez años después, Scully volvió al IVAM.

Doric. Sean Scully. Del 26 de julio al 28 de octubre de 2012
IVAM, Valencia - Fotografía: Luis Pérez Armiño

Scully insiste una y otra vez, en cada una de sus entrevistas, en sus muchas reflexiones llevadas al papel sobre su proceso creativo, en la confianza plena y absoluta en la capacidad interpretativa personal del público que contempla sus cuadros, llenos de formas geométricas que invaden el espacio pictórico, de tonos grises, marrones y cremas, ocres, que conectan profundamente su arte con las raíces telúricas que pretende unir con el cielo mediante la conexión espiritual máxima que puede ofrecer el arte. En todo caso, el arte es un todo que debe encerrar símbolos, ideas y conceptos a través de unas características físicas que otorgue una unidad sublime y perfecta.

Sean Scully presentó en el IVAM de Valencia “Doric” (desde el 26 de julio al 28 de octubre de 2012). Nueve grandes cuadros de un gran formato que reúnen algunas de las características básicas de la producción pictórica del irlandés. Grandes composiciones de bandas de tonos grises, fríos, incluso oscuros, donde la superficie se desestructura geométricamente mediante la contraposición de formas que finalmente acaban constituyendo un espacio dominado por el sentido de la simetría y el ritmo. Esta serie, compuesta a partir de 2008, rinde homenaje a Grecia. El pintor ahonda en la historia originaria del país y descubre el estilo arquitectónico dórico, sin decorativismos superfluos, de claridad formal y geométrica, austero pero muy conciso. Eso son los principios que traslada a sus rítmicas composiciones rindiendo un enérgico homenaje a un país de historia presente atribulada pero que fue cuna gloriosa de la democracia y de los valores supremos de la cultura occidental.

Doric. Sean Scully. Del 26 de julio al 28 de octubre de 2012
IVAM, Valencia - Fotografía: Luis Pérez Armiño

El recurso a la arquitectura es una constante en la obra de Scully. Sus formas precisas y simples son trasladadas con una gran eficacia mediante el recurso pictórico que convierte en una abstracción la inspiración estructural que ofrece el elemento constructivo. Pero además, son muchas las fuentes que se pueden rastrear en la producción de Scully, desde su llegada a Nueva York en los años setenta del siglo XX y sus primeros contactos con el expresionismo abstracto que se había desarrollado en la ciudad estadounidense. Su indagación en la historia del arte va mucho más allá, y bucea en los contenidos generados tanto en el viejo continente como en la fuerza expresiva que nace en una joven y vitalista América. Sin embargo, como afirma Javier Maderuelo (El País, 26 de noviembre de 2005) sería erróneo considerar a Scully un simple “apropiacionista”; más bien se trata de un eslabón capaz de acrecentar el testigo recibido en una herencia perfectamente asimilada y lineal. Su propia concepción de la superficie de la pintura como una piel refleja a la perfección su particular admiración hacia la escuela española, como no, a un Velázquez, un Zurbarán o tantos otros del siglo de oro español que tan bien captaron y representaron la esencia matérica de las cosas.

Doric. Sean Scully. Del 26 de julio al 28 de octubre de 2012
IVAM, Valencia - Fotografía: Luis Pérez Armiño

La extensa y meditada producción pictórica de Scully es capaz de aunar todos los elementos básicos que conforman cualquier aspecto creativo: luz, ritmo, espacio, geometría… y sobre todo, emoción. La emoción del artista entregado a su trabajo, concebido no como principio y fin del proceso creador, sino como el eslabón de esa inmensa cadena, casi infinita, en la que el arte retrata la esencia humana.
Luis Pérez Armiño