¿Quién no tiene por ahí algún secretillo inconfesable? Seguramente, nada demasiado serio o importante, pero que pertenece a nuestro ámbito más privado y personal... Ahora que estamos de confidencias, os contaremos que una de nosotras lo charla todo, no es que tampoco vaya contando a los cuatro vientos sus sentimientos o vivencias más íntimas, pero casi... La otra de nosotras, por el contrario, es como una ostra, y tan solo se abre cuando hay un clima total de confianza y, si es posible, acompañada de un par de "relajantes" cervecitas. ¡Pecamos por exceso y por defecto! Aunque lo importante, es poder contar con una persona que esté ahí cuando algo nos angustie o inquiete, capaz de aliviar con su escucha y su consuelo el peso que conllevan las preocupaciones en soledad. Y como cada una necesita su tiempo, mientras, podemos ayudarnos de estos secreteres, ideados para escribir secretos y mantenerlos ocultos... para que alivien nuestra carga emocional. Foto Foto Foto Foto Lo cierto es que los burós, con enigmas o sin ellos, nos encantan desde siempre y, en breve, tendremos que redecorar un par de ellos... ¿Tenéis alguno por casa?