Seguir siendo niños

Por Loracueto

Por: Haylem Ramírez Cueto

Haylem Ramírez en su infancia

No hay como la etapa de la niñez, de la cual se desprenden historias y anécdotas que al conmemorarlas sacan una sonrisa. Todos tenemos muchos recuerdos y hoy compartiré uno de ellos.
Hoy en día hay una diversidad de combos y servicios a la hora de ver una película en el cine, desde las infaltables crispetas y gaseosa hasta sushi. Pero cuando era niña era más sencillo y eso me trae a la mente un recuerdo muy gracioso: un día fuimos a cine mi hermana y mi prima acompañadas de mi tía (no coloco el nombre, pero las personas cercanas a mi saben quién es). Mi mamá no pudo ir y le dijo que nos comprara algo para comer mientras veíamos la película. En ese entonces la película era fraccionada a la mitad y había un tiempo para ir a comprar, y era cuando se encendían las luces, pero mi tía fue más audaz y lo compro antes. Mientras yo esperaba las anheladas crispetas en medio de la película, las mismas no llegaron y preciso en el instante en que se encendieron las luces llegó la merienda, que constaba de un roscón lleno de Guayaba. Mi tía me llamaba y yo me hacía la que no era conmigo, no la miraba porque esperaba eran mis crispetas, y ella decía: “esa pelá está sorda”. Caso contrario, mi prima y mi hermana si se comieron su roscón con la sabrosura más grande.
No comí nada, pero hoy recuerdo y pienso que no debemos complicarnos la vida, tal y como es la naturaleza de los niños, disfrutar de pequeñas cosas con tus seres queridos.