El italiano sigue inmerso en el proceso de la reestructuración de la plantilla desde que tomó el relevo de Stefano Domenicali, en abril, y su última decisión ha sido la destitución de Luca Marmorini como jefe de motor y electrónica a favor de Mattia Binotto, que hasta ahora trabajaba en Marussia.
Tras el podio de Fernando Alonso en Hungría, Mattiacci cree que queda mucho por mejorar en todos los departamentos y en todos los aspectos, incluso aquellos que propiamente no están relacionados con la aerodinámica ni el motor. "Necesitamos una mejora de 360 grados. No son sólo las unidades de potencia, la aerodinámica o el chasis; es el equipo, el coche, es una enorme cantidad de trabajo que hay que hacer. Creo que debemos tener cuidado en tomar decisiones basadas solo en lo que ocurre durante un fin de semana".
Por último, Mattiacci ha recalcado que ya han encontrado cuáles son los puntos débiles y los más fuertes del equipo, algo que les facilita el camino hacia una recuperación que se prevé a largo plazo. "Ya hemos identificado los puntos débiles y los puntos fuertes del equipo. Un fin de semana, el peor o el mejor, no va a cambiar nuestra idea de hacia dónde tenemos que ir. Estoy confiado en el espíritu de equipo que estamos construyendo, nuestros puntos fuertes individuales, y el plan que tenemos".