Seis de cada diez mujeres mayores de 40 años recurren a óvulos de donante para quedarse embarazada

Por Fat
El ritmo de vida y la aparición de técnicas de reproducción asistida han permitido a la mujer retrasar la edad de quedarse embarazada por primera vez y cada vez son más las que superan los 40 años, lo que eleva el riesgo de complicaciones durante la gestación, según explica el doctor Nicolás Mendoza, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) y coordinador del II Curso de Formación Continuada en Climaterio y Menopausia, que la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) celebra en Granada.
Se estima que la tasa de fertilidad espontánea desciende de forma rápida a partir de los 35 años, alcanzando valores del 5% desde los 40. Por eso cada vez son más las mujeres que, a partir de la cuarentena, recurren al llamado consejo reproductivo para pedir recomendación al especialista. “Aún existe una gran desinformación sobre la fertilidad en general y sobre las posibilidades de los tratamientos de reproducción asistida en particular, pero cada vez son más mujeres las que se deciden a someterse a estos tratamientos”, comenta el doctor Mendoza. En concreto, según la Sociedad Española de Fertilidad, más de 26.000 mujeres se sometieron el pasado año a técnicas de fecundación in vitro.
Precisamente para arrojar luz sobre el estudio de la mujer en la cuarentena y de los cuidados necesarios a esta edad, el curso, según el doctor Rafael Sánchez Borrego, presidente de la AEEM, “persigue el objetivo de nuestra Asociación de fomentar, desarrollar y promover el estudio del climaterio, formando a los especialistas implicados en el tratamiento de los posibles trastornos que pueden presentarse en la mujer menopáusica”. Asimismo, “se trata de fomentar una mayor preocupación y coordinación entre ginecólogos, endocrinos, urólogos, médicos de Atención Primaria, así como otros especialistas, para que la mujer reciba una atención integral durante el climaterio, es decir, más allá de las patologías, en la que lo fundamental es mantener y mejorar la calidad de vida de la misma”, añade el doctor Sánchez Borrego.
-Abanico de terapias
La mejor opción y la más empleada para concebir a partir los 40, según subraya el doctor Mendoza, es la donación de óvulos de mujeres jóvenes, que representa el método por el que el 60% de las mujeres de esta edad logran quedarse embarazadas, frente al 13% que lo consigue por ovocitos propios. En el caso de que esta vía sea rechazada, -situación conocida como “duelo genético”-, se están estudiando alternativas para mejorar la fertilidad, como el uso de la hormona del crecimiento.
En cualquier caso, los expertos insisten en que a partir de los 45 años, el embarazo conlleva un mayor riesgo de complicaciones, más aún si la mujer sufre hipertensión arterial y diabetes, que pueden empeorar la salud materna y fetal. “Además, existe el riesgo de complicaciones obstétricas propiamente dichas, que también son más frecuentes en las mujeres de más edad: desprendimiento de placenta, crecimiento fetal restringido, etc.”, añade este experto.
Aunque en menor medida, la edad del padre también influye en el nivel de riesgos durante la gestación, sobre todo a partir de los 50 años, ya que a más edad se eleva el porcentaje de tratamientos que no consiguen la fecundación y de embarazos que no alcanzan el segundo trimestre porque se abortan de forma precoz.
-Perfil y riesgos de las mujeres embarazadas
El perfil de este tipo de mujeres es heterogéneo y engloba a aquellas madres primerizas y las que desean tener otro hijo con una nueva pareja, aunque el caso más común se da entre las mujeres que han retrasado su edad para la maternidad por incorporación tardía al trabajo, por haber esperado a tener una estabilidad económica o una mejor situación de bienestar social.
Además de los cuidados tradicionales de las mujeres en estado de gestación, cuando se trata de mayores de 40 años hay que tener en cuenta unas pautas especiales que controlen la pérdida de masa ósea,- para lo que es fundamental elevar la ingesta de calcio, vitamina D y ácido fólico-, evitar el tabaco y añadir otros antioxidantes a la dieta como la vitamina E y C.