El día 31 de mayo se celebra, un año más, el ‘Día Mundial sin Tabaco’, fecha que fue instaurada en 1987 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para señalar los riesgos que supone el consumo de esta sustancia para la salud y fomentar políticas eficaces de reducción de dicho consumo. No hay que olvidar que el consumo de tabaco es la segunda causa mundial de muerte, tras la hipertensión, siendo responsable del fallecimiento de uno de cada diez adultos. En concreto en España cada día mueren 150 personas por las enfermedades asociadas al consumo de tabaco.
El tema del ‘Día Mundial sin Tabaco 2010’ es: Género y tabaco. La promoción del tabaco dirigida a las mujeres. Su objetivo, es hacer especial hincapié en la mercadotecnia dirigida a las mujeres, cuestión que a juicio de SEMERGEN actualmente es prioritaria. Tanto es así que dicha sociedad científica entiende que deberían elaborarse campañas específicas con mensajes diferentes a este colectivo dadas sus peculiaridades anatómicas y sociales.
“Las mujeres empezaron a fumar mucho más tarde que los hombres, hacia los años 70, por lo que no están concienciadas de su perjuicio ya que es ahora cuando se empiezan a ver las enfermedades asociadas a su consumo como el cáncer de pulmón”, explica José Luis Díaz-Maroto Muñoz, coordinador del Grupo de Tabaquismo de SEMERGEN.
Según la OMS es especialmente preocupante la prevalencia del consumo de tabaco entre las adolescentes, ya que alrededor del 70 por ciento fuman frente al 12 por ciento de los chicos. De hecho, en el grupo de edad comprendido entre los 16 y los 24 años, fuman más las chicas que los chicos, generalmente por problemas de autoestima y para controlar el peso. “Las mujeres –añade el Dr. Díaz Maroto- fuman más para enfrentarse al estrés, para calmar los nervios y paliar la tristeza”.
Por ello, en el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco se reconoce “la necesidad de estrategias de control del tabaco específicas en función del género” así como de “una plena participación de la mujer en todos los niveles de la formulación” de políticas y la aplicación de medidas de control del tabaco. Así, hace un llamamiento a los gobiernos para que presten particular atención a la protección de las mujeres de las tentativas de las empresas tabaqueras de atraerlas a un estilo de vida dependiente de la nicotina.
El experto de SEMERGEN considera, uniéndose así al mensaje de la OMS que es necesario poner en marcha campañas de prevención específicas con mensajes que incidan en las diferencias del cuerpo humano (hormonas, órganos genitales, embarazo, lactancia, etc) y en la influencia estética que tiene dicho consumo (arrugas en la piel).
En el caso de los jóvenes, que no tienen la misma percepción del riesgo que los adultos, también deberían lanzarse iniciativas distintas. “No te entenderán –explica el Dr. Díaz-Maroto- si les explicas que cuando pasen veinticinco o treinta años pueden enfermar de cáncer de pulmón; sin embargo, si que les podemos abordar tocando temas como el deporte, la estética o el ahorro económico si dejan de fumar”. Y sobre todo, empezar en edades tempranas, a partir de los seis años, porque el inicio del consumo del tabaco se sitúa en torno a los 14 años.
--Papel del médico de Atención Primaria (AP)
SEMERGEN presentó el pasado mes de abril el estudio ‘Promoción de la Salud y prevención de la enfermedad en la mujer española del siglo XXI” en el que se ponía de manifiesto que el 95 por ciento de los médicos de Atención Primaria (AP) manifestaban que siempre o casi siempre dan consejos antitabaco a sus pacientes, al menos, dos veces al año. Sin embargo, el mismo estudio señalaba que a pesar de esto, el 25 por ciento de las mujeres encuestadas son fumadoras activas, la mitad de las cuales ha intentado dejarlo sin éxito en repetidas ocasiones.
A juicio del coordinador del Grupo de Tabaquismo de SEMERGEN, los profesionales de Atención Primaria, son la puerta de entrada de esta patología y por tanto, deben “avanzar en la intervención del tabaquismo para que la mujer fumadora se motive y deje de fumar; no debe quedarse sólo en el consejo sanitario sino que debe diagnosticarse y tratarse como cualquier otra patología crónica”.
Las principales causas de fracaso y recaída en el consumo de tabaco en las mujeres son el síndrome de abstinencia, la depresión y el aumento de peso. Por ello, el Dr. Díaz-Maroto asegura que “la fuerza de voluntad no es suficiente, se necesita un tratamiento farmacológico y apoyo psicológico”. De esta forma, las posibilidades de éxito se multiplican hasta por cuatro.
Por ello, este experto cree que es imprescindible la financiación de los tratamientos por parte de la Administración Pública “de la misma forma que se financian los fármacos para los pacientes hipertensos, hipercolesterolémicos o diabéticos”.
Uno de los puntos clave de la lucha contra el tabaquismo, en opinión del Dr. Díaz-Maroto, sería establecer protocolos de actuación conjuntos entre Atención Primaria y los servicios de Psicología ya que, como se ha comentado.