Ayer me metí en la cama y empecé a pensar en las sensaciones, esas que te hacen recordar cosas que te traen buenos recuerdos o te hacen sentir bien.
Yo soy una persona calurosa, y a estas alturas el nórdico ya empieza a molestarme muchas noches, y fue cuando me puse a pensar en cuando era pequeña.
A mi madre le gustaba cambiar el aire de la casa cuando llegaba la primavera o el invierno, siempre decía "ya es hora de cambiar la casa a la primavera o al invierno", por eso creo que yo le doy tanta importancia a los tejidos en los cambios de estación.
No se si fue porque tenía calor y me desvelé un poco, o por la sensación que tuve al entrar en la cama, pero sin saber muy bien el motivo, me empezaron a llover los recuerdos de cuando mi madre me ponía la cama de invierno, y pude sentir esa sensación de sentirte calentita, con el edredón que caía encima de mi, y esa sensación de invierno que tenía la primera semana que mi madre me ponía el edredón con la llegada del frío.
Al mismo tiempo, pude sentir esa sensación de ligereza con la llegada del calor. La semana que pasábamos a la colcha de verano, era una verdadera gozada, cuando me metía en la cama tenía sensación de libertad y me sentía super ligera dentro de la cama.
Me hizo gracia, como al recordar esto fui capaz de sentir exactamente la sensación que me producían esos recuerdos. ¿También os pasa?
Intenté recordar más sensaciones de cuando era pequeña y que se han quedado grabadas en mi memoria. Y en seguida me vino a la memoria, el sabor de las galletas María mojadas en el café con leche de mi madre. Ese sabor y olor son capaces de transportarme a la cocina de casa de mis padres, a esas mañanas, en las que mi madre mojaba las galletas en el café con leche y yo le pedía por favor que me dejara mojar un trozo de galleta, me encantaba el sabor. Yo no suelo desayunar galletas, soy de salado por las mañanas, pero algún día me apetece volver a ese preciso instante y es tan fácil como mojar un trozo de galleta en la el café con leche de la mañana.
Y recordando sensaciones, esta vez me transporté a las mañanas de sábado o domingo en las que mi padre ponía en toca discos el disco de Paco Ibáñez y sonaba la canción "Érase una vez", me encantaba cada vez que sonaba esa canción en casa. Hoy soy yo la que pone esa canción a mis hijas, para que el día de mañana tengan los mismos recuerdos que tengo yo.
Me parece increíble como a través de los sentidos podemos sentir y recordar tantas cosas. Como olores, sonidos, sensaciones corporales, nos pueden ayudar a viajar en el tiempo y volver a esos momentos que guardamos como oro en paño. Por eso es tan importante, disfrutar esas pequeñas cosas del día a día, al final son esas las que nos llevamos con nosotros a lo largo del camino, y son las que nos reconfortan.
Ayer puede volver a esas noches de invierno en mi habitación en casa de mis padres, pude volver a recordar esas noches en las que tan sólo era una niña con un montón de sueños.
Justo ayer, también escuchaba en un podcast, que cuando te sintieras perdido, recordaras al niño que eras, qué sueños tenías y qué cosas te gustaban, explicaban que volver a atrás, te podría ayudar a ver en qué momento dejaste tus sueños atrás, si realmente fue porque dejaron de ser sueños, o porque debido a la rutina y obligaciones del día a día de la edad adulta, habían quedado en el fondo del armario.
Entre sensaciones, olores, sonidos y sueños de la infancia me despido por hoy. Espero haberte hecho retroceder en el tiempo a esa mañana de sábado en casa o a esa canción que sonaba en la radio cuando ibas en el coche con tu familia.
Feliz día.
Ana
Fotos vía Pinterest