Si nos sentimos desde nuestra esencia trascendemos la mente programada y todos sus territorios: miedos, culpas, juicios, preocupaciones, manipulaciones, futuros hipotecados … en definitiva, la dualidad que nos divide por fuera y por dentro. Trascender no es apartar, por eso para sentirnos en nuestra esencia no es necesario quitarnos al ego de encima; tan sólo hay que estructurarlo con nuevas creencias que no estén sustentadas por la dualidad. Con este nuevo territorio mental nuestros ego adquiere alas, abandona la creación de conflictos y por fin deja de proyectar su identidad en creencias, pudiendo sentirla en nuestro corazón, es el ego empoderado.
Si nos sentimos desde nuestra esencia trascendemos la mente programada y todos sus territorios: miedos, culpas, juicios, preocupaciones, manipulaciones, futuros hipotecados … en definitiva, la dualidad que nos divide por fuera y por dentro. Trascender no es apartar, por eso para sentirnos en nuestra esencia no es necesario quitarnos al ego de encima; tan sólo hay que estructurarlo con nuevas creencias que no estén sustentadas por la dualidad. Con este nuevo territorio mental nuestros ego adquiere alas, abandona la creación de conflictos y por fin deja de proyectar su identidad en creencias, pudiendo sentirla en nuestro corazón, es el ego empoderado.