La Navidad es una de las épocas del año en las que los tópicos ofrecen un dibujo irreal de cómo se viven estas fiestas en los hogares. Muchas personas tienen una familia con la que celebrar este tiempo, reciben muchos mensajes de whatsapp con motivo de los planes de amigos y también, disfrutan de felicitaciones navideñas que se convierten en una agradable sorpresa en el buzón de casa. Sin embargo, también existe otra Navidad que refleja el retrato de la soledad.
Una soledad que no es sinónimo necesariamente de no tener familia o amigos ya que también se sienten muy solos aquellos que tienen vínculos superficiales que no rozan la verdad del alma. Actualmente se emite en cartelera Invisibles, película protagonizada por Richard Gere. Historia en la que interpreta el papel de un hombre que en la madurez de su vida vive una etapa de decadencia personal al perder su hogar. En medio de las luces y los brillos tan propios de fin de año, películas como Invisibles dan voz a quienes viven una Navidad con un escenario muy distinto al de la mayoría.
Pero más allá del argumento de esta película, y tomando como metáfora el título de la misma, creo que existen muchas formas de sentirnos invisibles en Navidad. Por ejemplo, al no recibir la felicitación de personas que nos hubiese encantado que se acordasen de nosotros en estas fechas.
Muchas personas también se sienten un tanto invisibles cuando consultan las novedades de sus amigos a través de las redes sociales, medio en el que cada quien proyecta la mejor de las apariencias como si la felicidad navideña fuese un escaparate. Muchos parados de larga duración no podrán acudir a la cena de empresa anual mientras sueñan con que el nuevo año les regale nuevas oportunidades de trabajo digno.
También podemos sentirnos invisibles en Navidad al observar esa sensación del paso del tiempo que no se detiene nunca, mientras puede que alguien sufra porque no ha encontrado su verdadero camino y sienta que comienza un nuevo año con una falta de compás con el 2016.
¿Te sientes invisible hoy? Entonces, mírate al espejo y contempla tu imagen con los ojos del amor. Para que otros puedan verte, en primer lugar, tú debes apreciar la grandeza de tu ser.
Desde aquí, nosotras te vemos y vemos tu grandeza. Hoy, aquí y ahora.
Feliz Navidad a todos y gracias de corazón por habernos acompañado en 3Contigo Coaching a lo largo de todo el año.
Maite Nicuesa y Olga Albaladejo para 3Contigo Coaching.
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