La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) alerta de las cifras escalofriantes que giran alrededor del consumo de tabaco. Así y en base a los patrones actuales de consumo, aproximadamente 450 millones de personas adultas fallecerán por el tabaco entre los años 2.000 y 2.050. Al menos, la mitad de ellas morirán entre los 30 y los 69 años de edad. Por todo ello SEOM está comprometida de forma continua con la lucha contra el tabaco y en especial en el Día Mundial sin Tabaco que hoy se conmemora.
El cáncer y las muertes totales debidas al tabaco están disminuyendo en los hombres en los países desarrollados pero seguirán aumentando de forma global en el mundo a menos que los fumadores actuales, muchos de los cuales viven en países de ingresos medios y bajos, dejen de fumar en los primeros años de la edad adulta. Las leyes antitabaco, impuestos más elevados y la información a los consumidores y a la sociedad en general, pueden evitar al menos 115 millones de muertes asociadas al tabaco en las próximas décadas, incluyendo cerca de 25 millones de muertes por cáncer.
Después del invento del cigarrillo en el año 1.881, las consecuencias sobre la salud de los fumadores activos no se conocieron en profundidad hasta el año 1964. Y a partir de 1986 los hallazgos de las investigaciones permitieron extraer consecuencias sólidas sobre el impacto del tabaco en los fumadores pasivos, sobre todo el cáncer de pulmón y las enfermedades cardiovasculares y respiratorias en adultos y la muerte súbita en bebés.
El consumo de cigarrillos es la causa principal de cáncer en una persona fumadora y produce aproximadamente el 30% de todas las muertes por cáncer en los países desarrollados. Los fumadores mueren de media 10 años antes que los no fumadores. El tabaco es el factor de riesgo individual responsable de la mayoría de las muertes evitables y la principal causa del cáncer de pulmón, laringe, faringe, esófago, vejiga, riñón y páncreas. Además, el tabaco está asociado al cáncer de senos paranasales, estómago, hígado y cuello uterino, además de leucemia mieloide.
En España, a comienzos de esta década se estima que una de cada cuatro muertes relacionadas con el cáncer en la población mayor de 35 años es atribuible al tabaco y dos tercios de todas las muertes relacionadas con el cáncer producido por el tabaco son por cáncer de pulmón. La prevalencia del tabaco en varones ha disminuido del 64.1% en 1978 al 35.3% en 2006/2007 y este descenso se ha observado entre todos los grupos de edad.
La prevalencia del tabaco en las mujeres ha aumentado del 17.6% en 1978 al 23.9% en 2006/2007, aunque la tendencia difiere según el grupo de edad. En el grupo de 16 a 24 años, el porcentaje de mujeres fumadoras disminuyó del 54.6% en 1978 al 32.7% en 2006/2007 mientras que las mujeres de 45-64 años el porcentaje aumentó del 4.5% al 22-8% en el mismo periodo de tiempo.
En España, al igual que ocurre en Francia e Italia, un indicador del consumo del tabaco, como la mortalidad por cáncer de pulmón, muestra una tendencia descendente varones y una tendencia ascendente en mujeres.
Las tasas de mortalidad de tres de los cánceres más relacionados con el tabaco, cáncer de pulmón, de laringe y de vejiga, fueron publicadas en 2010 por Izarzuaga y col.