Pero no tengo argumentos, después de viajar por redes sociales, o través de escenario, de ensayos, y de muchos años de trabajo, llego a la conclusión que buscar un manual que me hable de ello, es totalmente absurdo, al tiempo veo que todos estos manuales de bolsillo no son válidos y al mismo tiempo no merece mi atención ninguno de ellos. La primera pregunta que me surge es ¿que es ser actor/actriz?
La certeza de que la vida se acaba, nos da la posibilidad de ver el mundo en el que vivimos como algo relativo, donde la vida misma se sucede, y donde los acontecimientos muchas veces nos arrastran a los lugares recónditos, esta incertidumbre me da que pensar que precisamente hay palabras que nosotros los artista debemos desterrar de nuestro vocabulario, palabras tales como bueno, malo o culpable.
El tiempo
A mismo tiempo, el tiempo es necesario en los acontecimientos que se suceden, el poder analizar nuestra carrera como creadores, el poder verlo con cierta distancia no obliga a observar y darnos cuenta de por donde pueden ir nuestras mejoras tanto como actores y actrices, como en cualquier ámbito de nuestra vida privada.
Una de las cosas mas maravillosas que dijo Picasso fue.
Si me quitan pinturas, usare pasteles
Si me quitan los pasteles, usaré crayones
Si me quitan los crayones, usaré un lápiz
Si me desnudan y me meten en una celda, escupiré en mi dedo y dibujaré con mi saliva en la pared.
Es muy importante, tener algo en la vida en lo que creer y que nos haga avanzar, por lo tanto el concepto de ser buen o mal actor, no deja de ser temporal e inocuo.
Aquí muestro una lista que me encontré en internet y se a ciencia ciertas que si cumples todas estas actitudes, no se si serás un buen actor pero lo que si se, es que las personas con discapacidad intelectual estarían muy lejos de serlo, ya que multitud de competencias no las cumple un gran sector poblacional, y estas son:
Competencias de un buen interprete
· Actúa con otros, Actúa solo, aptitudes para la escucha, asiste a clases de técnicas vocales y teatro, buena memoria, capacidad de buena concentración, capacidad para trabajar en equipo, capaz de encajar críticas y rechazo, capaz de respetar a personas de todos los orígenes, capaz de trabajar con vencimientos, comprometido, creativo, enfoque flexible, entregado, flexible, habilidad para la investigación, habilidad para reunir datos, habilidades, resuelto, comunicativas, habilidades interpersonales, habilidades para presentar, habilidades sociales, invierte tiempo ensayando, pasa periodos en los que trabaja fuera de casa, perseverante, persistente, reúne información, se documenta sobre los personajes, seguro, trabaja en horas fuera del horario habitual, trabaja en teatro, cine, televisión o radio, versátil, estudios oficiales
Ante toda esta bazofia de criterios, ¿que podemos decir?. Esta lista me recuerda a estos directorios que existían en el siglo pasado para definir en que consistía ser mujer y una buena ama de casa. No deja de sorprenderme que todavía este tipo de criterios son los que rigen en algunas escuelas de arte dramático.
Al mismo tiempo aquí te muestro en una de las preguntas que se le hace en una entrevista realizada por una cadena de radio muy conocida al director de una Escuela Oficial de Arte dramático del estado Español:
¿Qué tipo de persona puede ingresar en la Escuelas Oficiales de Arte dramático y cómo se ingresa en estos centros?
“Los alumnos deben tener el bachillerato terminado. En general, vienen ese mismo año o un año después, tras pensarlo mejor. Otro grupo -suele ocurrir en Dramaturgia y en Dirección- es el de alumnos que vienen y ya han cursado otros estudios universitarios. Estos ya no tienen 18 o 20 años. O no tienen una carrera universitaria, pero sí tienen una trayectoria en la profesión.”
No habla de más criterios, no nos amplia dicha pregunta. Todo esto nos habla de aspectos formales de la profesión y deja de lado todo lo que tiene que ver con las características interpretativas, capacidad de entrar en el mundo imaginario de la obra, capacidad de exponerse, de entrega a la escena, con el verdadero motor y criterios que nos habla de contar historias a través del instrumento humano.
Los criterios de capacidad para saber si un interprete es bueno o malo, siento deciros pero no existen dichos criterios, que todos criterios están basados en el contexto que se en el que se vive.
Hoy en nuestra sociedad priman estilos interpretativos propios del cine, y de un tipo determinado de cine. El naturalismo invade los escenarios, inunda las cámaras de cine, frases tipo “menos es más”, “no actúes”, “no exageres”, “que sea de verdad” etc. todo esto y mas, determina la actitud ante el espectador, el naturalismo lánguido y atonal, nos ha llevado a la reproducción exacta de una partitura de acciones, matices, acentos, pronunciaciones, modulaciones, entonaciones, etc. marcadas por el ordenamiento y rigidez preestablecido del autor, y en muchos casos con el consenso del director.
Los actores muy a su pesar se convierten en piezas de otros, en fantoches del capricho de unas palabras escritas en la imaginación del dramaturgo, palabras que por otra parte, el autor solo sabe a que saben, cuando el actor se las muestra con la palabra y obra.
No nos debemos preocupar, la creación y el arte no es propiedad de unos cuantos, la acción dramática sólo se demuestra en los escenarios, haciendo, diciendo, sintiendo, estando, y sobre todo jugando y de esto saben mucho las personas con discapacidad.