Ser influencer. Lo que no sabes de esta profesión

Publicado el 09 julio 2018 por Patricia Patricia De La Calle Calle @noteaburras_es

Nos guste más o nos guste menos, ser influencer es una profesión tal y como lo puede ser cualquier otra. Sin embargo, es una profesión incomprendida por muchos. De hecho, ser influencer es uno de los trabajos más criticados.

¿Por qué no se acaba de aceptar esta profesión?

En los años que llevo trabajando esta metodología de marketing y contactando con influencers de todo tipo y de varios países para trabajar con ellas, he descubierto que el papel que realizan estas personas es como el de un publicista o un anuncio en cualquier medio. Estas personas se dedican a dar visibilidad a marcas y productos, en muchas ocasiones de una manera más efectiva y eficaz que muchos otros medios, no obstante, las críticas vienen por diversos factores:

  • Es una profesión muy reciente y completamente enfocada a medios digitales: la revolución digital ha sido tremendamente rápida y ahora el mundo online es el que más impacto tiene a la hora de llegar a personas jóvenes (y no tan jóvenes) pero sobre todo a la generación milenials. Una revolución a la que muchas personas tras años utilizando medios convencionales, no se han adaptado. De ahí que muchas de mis amigas influencers me digan que sus padres realmente no entienden lo que hacen.
  • Es una profesión sobrevalorada: se critican mucho los precios que se pagan por foto, vídeo o incluso IG Stories (¡Sí! Éstas también se pagan). Desde The Place to Be hemos llegado a contratar a chicas para marcas que pedían hasta 3.000€ por una publicación/foto en Instagram o 1.000€ por 3 vídeo stories prácticamente improvisados. ¿Es caro esto? Bueno... A simple vista hacerse una foto con un producto y escribir unas líneas puede parecer simple y por tanto puede parecer un precio excesivo pero... ¿Y si esa foto logra llegar a más de 200.000 personas e incrementa las visitas a tu web y las ventas de tu negocio? ¡Pues sí! Esto sucede y he visto campañas en las que con unas sola foto, un producto se ha agotado. ¿Es caro entonces pagar 3.000€? Creo que hay plataformas publicitarias mucho más caras y con mucho menos retorno de inversión... Juzguen pero si el producto/idea es bueno/a y se escoge a la persona correcta, hacer una campaña con influencers puede ser un acierto total.
  • Reciben mucho producto: es verdad que esto se les está yendo un poco de las manos a las marcas... Ya ni siquiera se acuerdan colaboraciones sino que se envía producto de forma masiva, en muchas ocasiones para "ver si cuela". No solo lo critican los espectadores que ven como cada día varias influencers llegan a recibir decenas de paquetes... Las personas que se dedican a esto y que reciben paquetes de forma tan constante, también se saturan, se agobian de ver las casas llenas de cajas de marcas que esperan algo de ti a cambio de cosas que ni siquiera has pedido o te gustan.
  • No generan credibilidad, se venden con mucha facilidad: si bien es cierto que este es un punto cada día más criticado: hoy sacan el champú de una marca y mañana el de otra, ¡no es genérico! Recientemente Paula Echevarría ha despertado las críticas en su cuenta de Instagram porque se ha transformado en una plataforma muy publicitaria en la que una semana saca un producto y a la siguiente otro. No es nada creíble pero no todas las personas que se dedican a este mundo son así. Hay que saber encontrar las personas afines a una marca/producto y darles a probar el producto antes de contratar una acción con ellas, para que puedan determinar si realmente es algo que les gusta y les funciona.
  • Hacer una foto y subirla no es trabajar: como he comentado antes, aunque su trabajo sea hacer la foto y crear el mensaje que lo acompañará, su efectividad viene de la comunidad que han ido creando y que ha consistido (por norma habitual) en años de creación de contenido relevante y atractivo para poder llegar a dedicarse a ello, ¿o es que todos los influencers salen de la nada y en 1 año viven como reyes? Esto solo ocurre con golpes de suerte, relaciones mediáticas o por fraudes indetectados (marcas que no se dan cuenta de que ha habido compra de seguidores).
  • No paran de viajar: habitualmente viajan en forma de plataforma publicitaria y disfrutan del viaje lo justo puesto que se sienten comprometidos a publicarlo todo y a hacerse fotos de forma constante. Si te gustaría viajar así en lugar de a tu aire, entonces puedes criticarlo todo lo que quieras pero para mí, por ejemplo, ningún billete de vuelo ni hotel pagado (en el que tendré que perder horas haciéndome fotos) tiene el mismo valor que un viaje en el que pueda hacer mis planes libremente.
  • Van a glamurosos eventos constantemente: mientras que hace tiempo estas acciones las solían hacer gratuitamente, ahora los influencers de cierto nivel de audiencia/calidad piden que les paguen. Lo mismo de antes, no disfrutan de los eventos (salvo excepciones) puesto que se sienten comprometidos a estar publicando constantemente.
  • Tienen representantes: "¿cómo pueden tener representante? ¿se creen celebrities?" He escuchado esta pregunta miles de veces y la realidad es que cuando una persona recibe más de 20 propuestas de colaboración diarias y tiene que preparar varias facturas mensuales (que no sabes cuando te pagarán) pues opta por una vía de ayuda. Las agencias de influencers y de representantes están a la orden del día y seguirá así mientras este negocio siga en alza.

Es muy fácil criticar una profesión que se ha puesto tan de moda y que está en todas parte, que hace de chicas y chicos, modelos de revista, actores en anuncios, e incluso autores de libros pero de lo que no se habla tanto es de la cara oculta de ser influencer ... No todo lo que es oro reluce y es que esta profesión viene cargada de inconvenientes en los que no pensamos como por ejemplo:

  • Están muy expuestos: las personas que deciden dedicarse a este mundo reciben elogios y críticas prácticamente a la par. Es un mundo complicado donde tu cuerpo, tu rostro, tu estilo, tus recetas... Se convierten en el centro de millones de miradas, entre ellos muchos haters que pueden herir emocionalmente y hacer mucho daño psicológicamente. Seguramente conoceréis el caso de Alezandra Pereira, más conocida como Lovely Pepa quien denunció en sus plataformas el acoso que recibía a través del foro de Vogue, donde se llegó a publicar incluso su dirección. ¿Lo peor? No solo van a por ti, también a por tus familiares y personas cercanas. Otro caso reciente es el de Ines Jimm quien ha tenido que bloquear los comentarios de sus stories porque le decían que incitaba y promovía la anorexia...
  • Se espera de ellos que vendan, atraigan visitas, creen contenido bonito... : "Ya que pago 3.000€ por una foto... Me tiene que reportar bien." Se les asignan fechas, horarios de publicación, se aprueban sus fotos, sus copys. Todo esto me parece bien dado que es bajo acuerdo pero puedo aseguraros que los plazos que se dan no suelen ser muy largos y contar con una luz acorde, un espacio bonito, una cámara buena, una edición de calidad... Puede llegar a estresar y a crear ansiedad. El mejor ejemplo para mí es Agostina Saracco, una influencer con un trabajo impecable que inevitablemente se agobia porque quiere que sus fotos siempre sean perfectas, especialmente si van destinadas a campañas. Se exigen mucho porque saben que s

    e espera mucho de ellos.

  • Hay una gran competencia: cada día surgen nuevos perfiles que se transforman en competencia y muchos ellos dispuestos a aceptar presupuestos irrisorios que ponen en evidencia el trabajo de otros trabajadores de este mundillo.
  • El mundo de la falsedad: este mundo está lleno de personas que te sonríen en un evento y te apuñalan por detrás en un grupo de WhatsApp. Críticas entre unos y otros por fotos, publicidad o contenidos. Ir a un evento y coincidir con un grupo de conocidos no sabes si es una suerte o una desgracia.
  • No saben cuando les pagaran: muchas empresas y agencias tampoco se toman en serio este trabajo, retienen las facturas o "se les traspapelan"... Raro es el influencer que no ha tenido que reclamar varias facturas porque no se han pagado en meses... ¿Harán lo mismo con las facturas de la luz?
  • Los bots y la compra de seguidores está en alza: si tienes una cuenta de Instagram seguro que has recibido algún mensaje en el que te invitan a comprar seguidores o a contratar un sistema automatizado. Estas acciones generan que sigan surgiendo falsos competidores y afecta al mercado de estos trabajadores.
  • Trabajan solas: en la mayoría de las ocasiones realizan el trabajo solas, fotos, edición, montaje... Es una profesión que puede aislar mucho del mundo real, también por las horas que pasan trabajando con sus dispositivos.

Para los que critican esta profesión les invito a conocer estos puntos no tan favorables, ya que ser influencer como todas las profesiones, tiene sus aspectos positivos (que también son muchos) y sus aspectos negativos (los que no queremos ver).

Si estás planteándote ser influencer y dedicarte a este mundo por favor considera que:
- Lleva mucho tiempo crear una plataforma creíble y de calidad: no vale con hacerse fotos por todos los rincones y etiquetar prendas de ropa, además deberás publicar de forma casi diaria y responder a comentarios de forma frecuente
- Hay que invertir económicamente: si quieres hacer contenido de calidad, cómprate una buena cámara o contrata a un buen fotógrafo
- Tienes que ser diferente: si ofreces el mismo contenido que todo el mundo y en las mismas plataformas... Llegas un poco tarde. Sé diferente y consigue gustar.
- Tienes que exponerte: solo si le das un toque personas en el que se te vea como eres, lograrás crear una comunidad que te apoye aunque esto signifique estar sometido a críticas también.