Creía que la máxima aspiración de un paciente era restituir su salud, volver a estar libre de enfermedad y si no fuera posible convivir de la mejor manera posible con su trastorno. Creía que los pacientes querían llevar una vida normal, tan normal como les sea posible, creía que incluso los pacientes querían recuperar su vida profesional. Pero siguiendo todo lo que os comentaba ya no lo tengo tan claro, incluso puedo llegar a creer que algún paciente pueda no querer curarse para no perder esa condición y así poder seguir como conferenciante en sitios mil o como docente en workshops y cursos varios.
Así, vosotros como lo véis??? ¿Estamos llevando las cosas demasiado lejos? Recuerdo que cuando todo esto del 2.0 empezaba repetíamos que el empoderamiento, corresponsabilidad o como queramos llamarlo no era café para todos, que algunos pacientes quizás prefiriesen seguir en su medicina paternalista. Hoy mi pregunta se ha dado la vuelta como un calcetín, y si, ahora, algunos pacientes optan por una nueva carrera profesional? Sí, sí, de profesión, paciente!!!!
Os recomiendo la editorial que ha escrito Paula Bornachea en la última cordada sherpa, buena reflexión sobre lo que es un paciente del s.XXI